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HEINRICH VON KLEIST

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SOBRE EL TEATRO DE MARIONETAS Y OTRAS PROSAS CORTAS

Introducción y edición
LUIS EDUARDO HOYOS
Universidad Nacional de Colombia

Introducción
La tarde del 21 de noviembre de 1811 dos pistoletazos violaron la calma de la isla de los "pavos reales" (Pfauneninsel) en el Wannsee, a las afueras de Berlín. Heinrich von Kleist había disparado con su consentimiento sobre su amiga Adolfine-Henriette Vogel, quien al parecer sufría un cáncer terminal, y después se había suicidado él mismo. En el epitafio de su tumba se puede leer: "Nun, o Unsterblichkeit, bist du ganz mein" ("Por fin, oh, inmortalidad, eres toda mía"), una frase sacada de su obra patriótica El príncipe von Homburg, y que tiene una mortificante resonancia romántica.
Bernd Heinrich Wilhelm von Kleist nació el 18 de octubre de 1777 en la ciudad de Frankfurt an der Oder, en Prusia. Venía de una familia de militares y él mismo probó la carrera militar durante un tiempo. Peleó en las guerras napoleónicas del lado del ejército prusiano y combinó su vida de escritor con la de activista político y patriota. Pese a su corta existencia, la obra literaria de Kleist es de referencia obligatoria dentro de la dramaturgia alemana de principios del siglo XIX. Son conocidas sus obras de teatro AmphytrionEl cántaro rotoLa familia SchroffensteinPentesilea El príncipe von Homburg. Pero no lo son menos sus relatos. Michael Kohlhaas, una novela corta que se desarrolla en el siglo XVI, mereció el encomio de Kafka. En uno de los escritos que aquí se editan, el formidable Sobre el teatro de marionetas, se puede ver bien por qué Kafka admiraba a Kleist.
De la vida atormentada de Kleist se ha dicho mucho: que sucumbió a la crisis política y espiritual de su época (particularmente, a esa agónica desesperación que provocó Napoleón en los que creyeron ver en la Revolución francesa el inicio de una completa nueva era), que no pudo ver en escena ninguna de sus obras y que sus proyectos como editor de revistas fracasaron varias veces. Pero de todas esas historias hay una que tuvo mucha resonancia durante el postromanticismo, y que bien pudiera llevar el título de "leyenda metafísica". Se trata de la conocida "crisis kantiana" de Kleist.
El estudio de la Crítica de la razón pura sumió al joven Kleist en una profunda crisis espiritual, tal como ha quedado testimoniado por dos cartas escritas entre 1800 y 1801, la una a su hermana y la otra a su amada, y que se han convertido en documentos de mucho valor para el estudio del romanticismo literario en Alemania. Se sabe por esos documentos que el impacto de la lectura de Kant fue tan poderoso en el joven poeta prusiano que tuvo muchísimo que ver con su decisión de viajar por Europa, más específicamente a París, en donde planeó dedicarse a la difusión de la doctrina kantiana, a la sazón conocida prácticamente sólo en Alemania, con la excepción de algunos reducidos círculos de eruditos y académicos. A ese fervor por la obra de Kant se sumaría su entusiasmo por Rousseau; entusiasmo muy definitivo -como se sabe- para el florecimiento del antirracionalismo que permeó tanto el ambiente intelectual de principios del siglo XIX.
Pero, ¿en qué consistió exactamente la "crisis kantiana"? La conmoción que la filosofía de Kant produjo en Kleist puede ser vista a la luz de dos expresiones que hicieron carrera desde la década de los ochenta del siglo XVIII en Alemania y que resumen por sí mismas el impacto que esta obra causó en el medio intelectual y académico de la época. Una de esas expresiones la profirió el filósofo y teísta judío Moses Mendelssohn (1729-1786). Mendelssohn llamó a Kant el "Alleszermalmer" ("el demoledor de todo"), al referirse al hecho de que el trabajo crítico de Kant no dejaba en pie un solo artículo de fe que pudiera ser ratificado por la vía de la argumentación racional. La otra expresión fue acuñada por el filósofo protoromántico Friedrich Heinrich Jacobi (1743-1819), a quien se le ocurrió decir que el idealismo trascendental kantiano -es decir, la doctrina que sostiene que es imposible un acceso a la realidad en sí y que nuestro conocimiento de ella debe estar confinado al ámbito de la fenomenalidad- conduce forzosamente a un "nihilismo". Para Jacobi, el idealismo nos confina al subjetivismo y éste termina por hacernos perder todo acceso a la realidad. A esa pérdida de la realidad la denominó "nihilismo", e introdujo con ello un término que tendría una importantísima evolución en la filosofía de los siglos XIX y XX.
En una de las cartas mencionadas escribe Kleist:
Ya desde niño me había apropiado yo del pensamiento de que la perfección sería el fin de la creación. Creía que después de la muerte avanzaríamos a partir del escalón de la perfección -que alcanzaríamos junto con esta estrella- hacia otros más lejanos y que podríamos hacer uso allí del tesoro de las verdades que habíamos coleccionado en esta vida. A partir de ese pensamiento se formó lentamente una religión propia y el esfuerzo por no quedar estancado en ningún momento, por progresar incansablemente en grados superiores de formación, llegó a ser el único principio de mi actividad. La formación, la educación, me pareció ser la única meta digna de ese esfuerzo y la verdad el único reino digno de poseerse.

Pero la filosofía kantiana nos lleva a concluir que todo esto es una ilusión subjetiva.

No podemos decidir -continúa Kleist- si lo que llamamos verdad es verdaderamente la verdad, o si sólo es algo que así nos parece. Si lo último es el caso, entonces la verdad que nosotros aquí recolectamos, no es nada más después de la muerte, y todo esfuerzo por adquirir una propiedad que también nos siga a la tumba es una tarea vana… Desde que entró a mi alma esa convicción, a saber, que por ninguna parte se ha de hallar la verdad, no he vuelto a tocar un solo libro. Me paseé ocioso en mi habitación, me senté inactivo a la ventana abierta y salí a caminar sin rumbo. Un desasosiego interior me empujó a los estancos y a los cafés; me dediqué a visitar el teatro y a ir a conciertos con el fin de distraerme…; y, sin embargo, el único pensamiento que ocupaba mi alma en ese tumulto exterior y al que ella le daba vueltas con una angustia ardiente era éste: tu única meta, tu meta suprema, se ha hundido. (Citado en Cassirer161)1

Difícil es suponer que una crisis semejante pueda llevar a alguien al suicidio. Al respecto es tal vez más aceptable la sentencia de Camus según la cual, aunque el suicidio sea el problema filosófico existencial por excelencia, no es probable que haya suicidio debido a causas filosóficas. Y es útil creer que Kleist es un ejemplo de ello. Si Kleist apropió de forma tan dramática la filosofía kantiana, tendríamos que esperar que también haya sabido concluir de ella que -una vez se ha desvanecido la substancialidad metafísica del mundo y la de nuestro propio ser- tiene que volver a nosotros la conciencia de la libertad. Pero, igualmente, si una mente tan sensible fue capaz de tan dramática interiorización del pensamiento kantiano, podemos también suponer que esta última reflexión acerca de la libertad, más que un consuelo, podría significar un vértigo. Y algo así no es que haga más fácil la vida. Pero la hace posible.
Aceptemos, pues, que no hay "suicidio filosófico", así sea el ser humano (el "animal philosophicum") el único animal que, en estricto sentido, se suicida (¿no es acaso también el hombre el único animal que ríe?). Sea de ello lo que fuere, algunos años después de haberse operado en Kleist la "crisis kantiana", abandonó él su "plan de vida" de ser apóstol del kantismo y se dedicó de lleno a la producción de su propia obra literaria. Y aunque en buena parte de ella también se puedan apreciar personajes atormentados e incapaces de solventar en la práctica las conclusiones sin sentido a las que llevan los quebraderos de cabeza metafísicos, es también de destacar la deliciosa soltura con la que Kleist dominó el arte de la ironía. La selección de textos breves que presentamos al lector para la sección "Lecturas ejemplares" de Ideas y Valores está guiada por ese único criterio. La "crisis kantiana" de Kleist y su presunto vínculo, digamos, causal, con la última y definitiva decisión de su vida, debe quedar en lo que no puede más que ser: una "leyenda romántica", un "melodrama metafísico" e improbable.
Presentamos aquí dos piezas maestras de la prosa corta: Sobre el teatro de marionetas, en la bellísima traducción que publicara Antonio de Zubiaurre en la revista Eco (n.º 27, julio de 1962), y Sobre la paulatina consolidación de los pensamientos a través de la conversación, traducida por quien suscribe estas líneas, y que puede ser considerada con razón como una de las joyas -infortunadamente inconclusa- de la crítica a la llamada "filosofía de la reflexión". Le siguen a estos dos textos, el fragmento Sobre la reflexión, traducido por Ernesto Volkening y también publicado en la legendaria Eco (n.º 145, mayo de 1972), dos deliciosas fábulas (Los perros y el ave y la Fábula sin moraleja), así como esa picante burla que tituló El nuevo (y feliz) Werther, también vertidas por mí al español.

1 Para una vinculación de la crisis kantiana de Kleist con el dictamen de "nihilismo" proferido por Jacobi, véase Müller-Lauter (1975). Stefan Zweig rinde un bellísimo homenaje a Kleist en el tercer capítulo del exquisito La lucha contra el demonio (Hölderlin, Kleist, Nietzsche).

Bibliografía
Cassirer, E. "Heinrich von Kleist und die Kantische Philosophie". Idee und Gestalt. Darmstadt: Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1971.
Kleist, H. von. Sämtliche Erzählungen und andere Prosa. Stuttgart: Reclam, 1984.
Müller-Lauter, W. "Nihilismus als Konsequenz des Idealismus". Denken im Schatten des Nihilismus, Schwan, A. (ed.). Darmstadt: Wissenschaftliche Buchgesellschaft,
1975. 113-163.
Zweig, S. La lucha contra el demonio (Hölderlin, Kleist, Nietzsche). Verdaguer, J. (trad.). Barcelona: El Acantilado, 1999.

Sobre el teatro de las marionetas

Hallándome en 1801 en X., donde pasé el invierno, una noche me encontré en unos jardines públicos con el señor C., quien desde hacíapoco estaba en la ciudad como primer bailarín de la Ópera, en la que gozaba del más grande favor del público.
Díjele que me sorprendía haberle encontrado varias veces en el teatrillo de marionetas que en la plaza del mercado habían armado por entonces y que divertía a la plebe con pequeñas piezas burlescas, entreveradas de canto y danza.
Me aseguró que las pantomimas le placían mucho, y dió a entender con suficiente claridad que un bailarín que desee una buena formación podría aprender de ellas bastantes cosas.
Como aquella declaración, por el modo en que la hizo, me pareció algo más que una simple ocurrencia, decidí sentarme un rato con él para indagar las razones en las que pudiera apoyar tan curiosa afirmación.
Él me preguntó si, en efecto, no había encontrado muy graciosos algunos movimientos de danza de aquellas marionetas, en especial las de menor tamaño.
No pude negar ese detalle. Un grupo de cuatro campesinos que bailaban en corro con un compás muy rápido, no lo hubiera pintado más lindo el propio Teniers.
Pregunté acerca del mecanismo de las figuras y cómo era posible manejar sus miembros y sus demás partes según exigía el ritmo de los movimientos o la danza, sin tener en los dedos miles de hilos.
Contestó que no debía imaginarme que cada miembro tuviera que ser sostenido y accionado por el maquinista durante los diferentes momentos de la danza.
Cada movimiento, dijo, tenía un punto de gravitación; bastaba con gobernarlo en el interior de la figura. Los miembros, que no eran otra cosa que péndulos, seguían la acción de un modo mecánico sin tener que hacer nada por sí mismos.
Añadió que ese movimiento era muy fácil, que siempre que el punto de gravedad se movía en línea recta, los miembros describían ya líneas curvas, y que a menudo, y sacudido de manera puramente casual, el conjunto del muñeco comenzaba una especie de movimiento rítmico semejante a la danza.
Esta observación, así lo creí, arrojaba ya alguna luz sobre el placer que, según él declarara, hallaba en el teatro de marionetas. Mas, en tanto, me encontraba todavía muy lejos de suponer las consecuencias que el bailarín iba a sacar más tarde de todo aquello.
Preguntéle si creía que el maquinista que accionaba los muñecos debería ser también bailarín o, por lo menos, tener alguna idea de lo bello en la danza.
Repuso que si un asunto era fácil en su aspecto mecánico, no resultaba de ello que se pudiera practicar sin sensibilidad alguna.
La línea que el punto de gravedad tiene que describir sería muy sencilla, a su entender, y recta en los más de los casos. Cuando fuera curva, la ley de esa curvatura parece sería, a lo menos, de primer grado, o, a lo más, de segundo; y en este último caso sólo podría ser elíptica, forma de movimiento enteramente natural a los extremos del cuerpo humano, por razón de las articulaciones, y cuya ejecución no reclamaría, pues, del maquinista ningún arte especial.
Esa línea, empero, constituía, desde otro aspecto, algo muy misterioso. Era nada menos que el camino del alma del bailarín, y él dudaba que la tal línea pudiera ser hallada de otro modo que trasladándose el propio maquinista al centro de gravedad de la marioneta, o sea, con otras palabras, danzando.
Yo respondí que me habían hablado de ese oficio como de cosa bastante falta de espíritu, algo como el dar vueltas a la manivela que hace sonar un organillo.
De ninguna manera -contestó él-; por el contrario, los movimientos de los dedos del maquinista se comportan con un cierto artificio, en relación al movimiento de las figuras, algo así como los números con respecto a los logaritmos o la asíntota con respecto a la hipérbole.
Pero, por otro lado, creía él que esa última fracción de espíritu de que había hablado podía hacerse desaparecer de las marionetas, que su baile podía llevarse enteramente al dominio de las fuerzas mecánicas y producirlo, como yo me imaginara, mediante una manivela.
Manifesté mi sorpresa al ver la atención que él concedía a aquel género de espectáculo derivado de un arte bello e inventado para la masa ignara. No sólo parecía considerar a ese género en condiciones de obtener un superior desarrollo; daba la impresión de estarse ocupando ya en tal propósito.
Sonrió, y dijo se atrevía a sostener que si un mecánico llegara a construirle una marioneta según las exigencias que le habría de señalar, ejecutaría con ella una danza que ni él ni algún otro diestro bailarín de su tiempo, sin exceptuar al mismo Vestris, serían capaces de igualar.
¿Ha oído usted hablar -preguntó al notar que me había quedado silencioso y dirigía la vista al suelo-, ha oído usted hablar de esas piernas mecánicas que construyen los técnicos ingleses para los infelices que han quedado mutilados?
Dije que no, que no había sabido de semejante cosa.
Lo lamento -respondió- porque si le digo a usted que esos pobres pueden bailar con sus piernas artificiales, tengo casi el temor de que no me vaya a creer. Bueno, bailar…; el margen de sus movimientos es, en verdad, limitado, pero aquellos que les son dables se realizan con una calma, una suavidad y una gracia que llenan de asombro a cualquier espíritu reflexivo.
Declaré bromeando que, de ese modo, había dado ya con el hombre que buscaba, pues el artista capaz de construir tan curiosos miembros, podría también, sin duda alguna, fabricarle una marioneta entera y de acuerdo con sus exigencias especiales.
¿Cómo -pregunté yo al notar que, un poco cortado, se había quedado con la vista baja-, cómo son, pues, esas condiciones que piensa usted proponer a la habilidad del artista?
Nada -respondió él- que no exista ya en esos muñecos, armonía, movilidad, ligereza…, sólo que todo ello en grado más alto y, particularmente una distribución más natural de los centros de gravedad.
Y ¿qué ventaja tendría tal marioneta en comparación con los bailarines vivientes?
¿Ventaja? Ante todo, mi dilecto amigo, una de índole negativa, y es ésta: que el muñeco no haría jamás nada afectado. Porque la afectación, como usted sabe, aparece cuando el alma (vis motrix) se halla en cualquier otro punto distinto del centro de gravedad del movimiento. Ahora bien, como el maquinista mal puede gobernar otro punto que ése por medio del alambre o el hilo, ocurre que todos los demás miembros, como tiene que ser, se hallan muertos, son simples péndulos y siguen la sola ley de la gravitación, excelente cualidad que en vano se busca entre la gran mayoría de nuestros bailarines.
Fíjese usted tan sólo en la A. -continuó diciendo- cuando hace la Dafne y, perseguida por Apolo, se vuelve a mirarle. El alma la tiene entonces en las vértebras de la cintura; se dobla como si fuera a romperse, igual que una náyade de la escuela de Bernini. Fíjese en el joven F. cuando en el papel de Paris se halla ante las tres diosas y entrega a Venus la manzana. El alma la tiene -da susto el contemplarlo- en el codo. Semejantes faltas -agregó como para terminar- son inevitables desde que comimos la fruta del árbol de la ciencia. El Paraíso está ahora cerrado, y el querubín a nuestra espalda; tenemos que hacer el viaje alrededor del mundo y ver si por acaso el Edén tiene del lado de atrás algún acceso.
Reí. Sin embargo -pensaba- el espíritu no puede errar allí donde no hay espíritu. Mas noté que él tenía aún cosas por decir y le rogué continuara.
Además -dijo- esos muñecos tienen la ventaja de ser antigrávidos. Ellos no saben nada de la inercia de la materia, propiedad que entre todas se opone con mayor empeño a la danza. No lo saben porque la fuerza que a ellos los eleva en los aires es superior a la que los ata a la tierra. ¿Cuánto daría nuestra buena G. por pesar sesenta libras menos y porque un peso igual a ése viniera a ayudarle en sus entrechats y piruetas? Los muñecos necesitan el suelo únicamente en la forma que les hace falta a los elfos: para pasar rozándolo y para dar nueva vida, mediante la resistencia momentánea, al impulso de los miembros; nosotros lo necesitamos para reposar sobre él y para reponernos de lafatiga de la danza, un momento que, evidentemente, no es danza y con el cual no cabe emprender otra cosa que, en lo posible, hacerlo desaparecer.
Le dije entonces que por hábilmente que defendiese su paradójica causa, jamás me haría creer que en un hombre articulado, una figura mecánica, pudiera haber más gracia que en la estructura del cuerpo humano.
Replicó que, decididamente, el hombre no podía ni siquiera alcanzar, en tal respecto, al monigote articulado. Sólo un dios podría, sobre ese campo, medirse con la materia. Y aquí está el punto donde se juntan los dos extremos del anillo que forma el mundo.
Mi asombro era mayor cada vez y no sabía qué decir a tan extrañas aseveraciones.
Parecía, repuso al tiempo que tomaba una pulgarada de rapé, que yo no había leído con atención el tercer capítulo del primer libro de Moisés, y con quien no conoce este primer período de la formación humana, mal puede hablarse sobre los siguientes, cuanto menos sobre el último.
Yo dije saber muy bien los desórdenes que ocasiona la conciencia sobre la gracia natural del hombre. Un joven conocido mío, a causa de una simple observación, había perdido su inocencia, sin que nunca jamás volviera a encontrar aquel paraíso y pese a todos los esfuerzos imaginables. El caso ocurrió ante mis propios ojos. Pero -añadí- ¿qué consecuencias puede usted sacar de ello?
Me preguntó cómo fue el caso a que me refería.
Hace unos tres años -comencé a relatar- estaba bañándome en compañía de un muchacho por cuya figura se extendía por entonces una maravillosa gracia. Tendría como dieciséis años y sólo muy lejanamente, convocadas por el favor de las mujeres, podían apreciarse en él las primeras huellas de la vanidad. Casualmente, hacía poco que habíamos visto en París el mancebo que se saca una espina del pie. El vaciado de la estatua es conocido y se halla en la mayor parte de las colecciones alemanas. Una mirada que echó a un gran espejo en el momento de poner el pie en el taburete para secárselo, le hizo recordar. Sonrió y me dijo del descubrimiento que había realizado. En verdad, y en aquel preciso instante, yo también había hecho el mismo descubrimiento. Mas, fuera por probar la seguridad de la gracia que lo habitaba, fuera por acudir con algún pequeño remedio a su vanidad, me reí y le contesté que, sin duda, estaba viendo visiones. Se sonrojó y levantó el pie por segunda vez para que me convenciera. Pero el intento, como bien podía preverse, fracasó. Alzó el pie la tercera, la cuarta vez, lo alzó, a lo buen seguro, hasta diez veces. ¡En vano!; era incapaz de reproducir el mismo movimiento. Más aún, en los movimientos que hacía se encerraba un algo de tal comicidad que a duras penas logré contener la carcajada.
Desde aquel día, desde aquel mismo instante, se produjo en el joven una incomprensible transformación. Días enteros permanecía ahora ante el espejo. Y los encantos, uno tras otro, le iban abandonando. Un poder invisible e inasible parecía tenderse, al igual que una malla de hierro, sobre el suelto juego de sus actitudes, y pasado un año ya no se descubría en él vestigio alguno de aquel amable agrado que antes diera gozo a los ojos de cuantas personas le rodeaban. Todavía vive alguien que fue testigo de ese extraño y desdichado caso y que lo podría confirmar palaba por palabra tal como acabo de referirlo.
Con este motivo -dijo afablemente el señor C.- voy a contarle otra historia que, como usted fácilmente entenderá, tiene que ver también con esto. Durante mi viaje a Rusia, hallábame una vez en una finca del señor de G., hidalgo de Livonia, cuyos hijos, a la sazón, se ejercitaban intensamente en la esgrima. Especialmente el mayor, que acababa de volver de la Universidad, presumía de virtuoso en aquel arte. Una mañana, hallándome en su cuarto, me ofreció un florete. Luchamos. Pero resultó que yo le aventajaba. La pasión que ponía contribuyó a ofuscarle; casi todos mis golpes le tocaban, y su florete terminó por salir lanzado a un rincón. Medio en broma, medio dolido, declaró, recogiendo el florete, que había encontrado por fin su maestro; pero todos en el mundo hallan el suyo, y por ello quería presentarme ahora al mío, a mi maestro de esgrima. Los hermanos lanzaron sonoras risotadas y gritaron: "¡Afuera, afuera! ¡Bajemos al patio!". Y tomándome de la mano me condujeron hasta donde había un oso que el señor de G., el padre de ellos, había ordenado amaestrar.
El oso, cuando asombrado llegué hasta él, se encontraba erguido sobre las patas traseras y con el lomo recostado en un poste, al que estaba amarrado; tenía alzada y pronta la zarpa derecha y me miraba a los ojos. Esta era su posición de combate. Yo no sabía si estaba soñando o despierto, al hallarme frente a semejante adversario. "¡Ataque usted, ataque!", dijo el señor de G., "y trate de tocarlo". Un tanto repuesto de mi asombro, acometí al oso con el florete; él hizo un ligerísimo movimiento con la zarpa y paró el golpe. Traté de engañarle con fintas; el oso no se inmutaba. Me lancé de nuevo sobre él con repentina y segura destreza; un pecho humano hubiera resultado infaliblemente tocado. El oso hizo un ligerísimo movimiento con la zarpa y paró el golpe. Me encontraba casi en la misma situación que el joven señor de G. La seriedad del oso contribuía a sacarme de quicio. Golpes y fintas se alternaban, me corría el sudor. ¡En vano! No era sólo que el oso parase mis golpes como el mejor esgrimidor del mundo; a las fintas, cosa en que ningún esgrimidor del mundo le podía imitar, ni siquiera reaccionaba. Con los ojos fijos en los míos, como si en ellos pudiera leerme el alma, estaba allí de pie, la zarpa levantada y pronta, y cuando mis golpes no iban en serio, él no se inmutaba. ¿Cree usted esta historia? -terminó diciendo el señor C.-.
¡Totalmente! -exclamé con gozosa aprobación-, se la creería a cualquier extraño, tan verídica parece, cuanto más, escuchada de usted.
Pues bien, mi dilecto amigo -dijo el señor C.- ya está usted en posesión de todo lo necesario para entenderme. Vemos que, en la medida en que en el mundo orgánico es más oscura y débil la reflexión, tanto más radiante y dominadora se presenta de continuo la gracia. En efecto, así como la intersección de dos líneas a un lado de un punto, vuelve a presentarse súbitamente al otro lado después de atravesar por el infinito, o lo mismo que la imagen del espejo cóncavo, tras de haberse alejado hasta el infinito, aparece de repente ante nosotros, del mismo modo, cuando el conocimiento ha pasado, por decirlo así, a través de un infinito, comparece de nuevo la gracia. Y ésta se presenta a la vez con su máxima pureza en la figura humana que no posee conciencia alguna o en la que la tiene infinita, es decir, en el muñeco articulado o en el dios.
Por consiguiente -dije yo un poco distraído- ¿tendríamos que volver a comer del árbol de la ciencia para caer de nuevo en el estado de inocencia original?
Pues, sí -respondió- ese es el último capítulo de la historia del mundo.
(Traducción de Antonio de Zubiaurre)

Sobre la paulatina consolidación de los pensamientos a través de la conversación

Si quieres saber algo y no lo puedes encontrar por medio de la meditación, te aconsejo, querido mío, amigo circunspecto, que hables sobre ello con el primer conocido con el que tropieces. No tiene que tratarse en absoluto de una cabeza brillante, ni tampoco, digo yo, debe ser así que tú le preguntes sobre el asunto. ¡No! En lugar de ello debes tú mismo, ante todo, charlarle. Ya te veo abriendo grandes ojos y replicándome que hace muchos años te han dado el consejo de no hablar de nada más que de aquellas cosas que tú ya comprendes. Pero en ese entonces hablabas probablemente con la pretensión de instruir a los otros; lo que quiero que hables con el comprensible propósito de instruirte a ti mismo. Es posible que quizás de ese modo ambas reglas de la inteligencia estén bien una junta a la otra, cada una de ellas para diferentes casos. El francés dice: l'appétit vient en mangeant. Y esa sentencia de la experiencia permanece siendo cierta si se la parodia y se dice: l'idee vient en parlant.
Con frecuencia me hallo sentado a mi escritorio sobre algunas actas y averiguo en un enrevesado pleito el punto de vista desde el cual se podría juzgarlo bien. Entonces acostumbro ver a la luz, como si fuera bajo el punto más luminoso, con mi más íntimo ser aferrado al esfuerzo por lograr claridad. O también, cuando se me presenta una tarea algebraica, busco el punto nodal de la ecuación, el que expresa las relaciones dadas y a partir del cual resulta posteriormente fácil la solución mediante el cálculo. Y he ahí que cuando hablo con mi hermana sobre ello, que está sentada detrás de mí y trabaja, me entero de lo que quizás no hubiera descubierto después de horas de mucho pensar. No es como si ella, en estricto sentido, me lo dijera; pues ella ni conoce el código ni ha estudiado a Euler o a Kästner. Tampoco es como si ella me condujera a través de preguntas ingeniosas al punto relevante, aunque eso pueda ser así muchas veces. Lo que pasa es que, puesto que yo tengo una idea oscura que se halla en alguna lejana conexión con aquello que busco, entonces la mente, por sólo atreverme a dar con esa oscura idea el toque inicial, mientras la conversación avanza, y debido a la necesidad de encontrarle al inicio una conclusión, transporta aquella idea confusa a la más completa claridad. De manera que el conocimiento, para mi sorpresa, queda concluido con el período de la conversación. Mezclo tonos inarticulados, estiro las palabras conectoras, utilizo también una aposición ahí donde no sería necesaria y me sirvo de otros artificios que extienden la conversación con el objeto de fabricar mi idea en los talleres de la razón y ganar el tiempo respectivo.
En esos momentos no hay nada para mí más saludable que un movimiento de mi hermana, como si ella quisiera interrumpirme, pues mi mente -que está ya de todas maneras bastante exigida- se excita aún más por ese intento de arrebatarle el habla desde el exterior, en cuya posesión ella se encuentra, así como un gran general se tensiona aún un grado más cuando lo acosan las circunstancias. En ese sentido, me doy cuenta de lo útil que pudo ser para Moliére su sirvienta cada vez que él, tal como lo reconoce, le confiaba a ella un juicio que pudiera informar al suyo. Aunque es ésta sin duda una modestia que no creo que estuviera sinceramente en su fuero interno.
Para aquel que habla hay una fuente de entusiasmo en un rostro humano que tiene enfrente; y una mirada que nos anuncia como captado un pensamiento que es expresado hasta la mitad, nos ofrece con frecuencia la expresión para la otra mitad. Creo que muchos grandes oradores, en el momento en que abren la boca, todavía no saben lo que dirán. Pero la convicción de que ellos ya generarían para sí la necesaria cantidad de pensamientos a partir de las circunstancias y de la excitación de su mente, que resulta de ellas, los hace tan osados como para poner afortunadamente el punto de partida. Esto me hace pensar en aquel "rayo fulgurante" de Mirabeau con el que acabó con el maestro de ceremonias que, después de levantarse la última sesión monárquica del rey el 23 de junio -aquella sesión en la que se hubo ordenado la disolución de los estados generales-, retornó a la sala en la que aún permanecían los estados y preguntó a los presentes si ellos habían entendido la orden del rey. "Sí" -respondió Mirabeau- "hemos entendido la orden del rey". Estoy seguro que él, en ese comienzo humano, no pensaba aún en la bayoneta con la que concluyó: "Sí, mi señor" -repitió- "la hemos entendido". Se ve que él todavía no sabe en ese momento lo que quiere. "Pero" -continuó, y repentinamente brotó en él un cúmulo de ideas espantosas- "¿qué le da a usted derecho a darnos aquí órdenes? Nosotros somos los representantes de la nación."¡Eso era justamente lo que necesitaba! Y, para agitarse inmediatamente en la cúspide del atrevimiento, prosiguió: "La nación da las órdenes. La nación no recibe órdenes". Y es justo en ese momento que él encuentra lo que expresa la completa resistencia frente a la que su alma se enfrenta bien equipada; y dice: "Para que le quede bien claro a usted. Dígale a su rey que nosotros no dejáremos nuestros puestos sino bajo la fuerza de las bayonetas". Después de lo cual, satisfecho consigo mismo, tomó asiento.
Si uno piensa en el maestro de ceremonias en aquella escena, no puede menos que imaginarlo en una absoluta bancarrota espiritual; así como en virtud de una ley semejante, según la cual al aproximarse un cuerpo sin carga eléctrica a la atmósfera de un cuerpo electrizado, se despierta de repente en el primero la carga eléctrica contraria. Y tal como en el caso del cuerpo electrizado, y gracias a una acción recíproca, el grado de electricidad que está en su interior se refuerza, de la misma manera el coraje de nuestro orador se transforma en el más temerario entusiasmo mientras aniquila a su oponente. Quizás haya sido la simple contracción de un labio superior o un ambiguo juego en la manga lo que provocó el derrocamiento del orden de todas las cosas en Francia. Se lee que tan pronto se hubo alejado el maestro de ceremonias, Mirabeau se puso de pie y propuso: (1) que los estados generales se constituyeran como Asamblea Nacional y, al mismo tiempo, (2) como inviolables. Pues gracias al hecho de que él, igual que una botella de Kleist, ya se había vaciado, retornó nuevamente a la neutralidad y después de volver de la temeridad dio lugar al temor frente a la autoridad y a la precaución. Esta es una muy llamativa coincidencia entre los fenómenos del mundo físico y los del mundo moral; coincidencia ésta que, si se la quisiera seguir, se verificaría aun en las circunstancias más fortuitas. Pero dejo ahí mi comparación y vuelvo al asunto que me importa.
En su fábula Les animaux malades de la peste, en la que el zorro está obligado a hacer una apología del león sin saber de dónde debe tomar el contenido, Lafontaine ofrece también un notable ejemplo de paulatina consolidación del pensamiento a partir de un comienzo al que uno se ve abocado por necesidad. La fábula es conocida. La peste se ha ensañado con el reino animal. El león reúne a los más grandes animales y les revela que para calmar al cielo se ha de sacrificar a alguna víctima. Muchos pecadores habría en la población y la muerte de los más grandes tendría que salvar al resto del hundimiento. Por eso deberían reconocerle a él sinceramente sus faltas. Él mismo, por su parte, confiesa que, agobiado por el hambre, acabó con varias ovejas, e incluso con el perro, cuando se le acercó demasiado. Es más, habría de reconocer que en momentos de apetito devoró también al pastor. Si nadie se reconoce culpable de debilidades más grandes, él estaría dispuesto a morir. "Señor" -dice el zorro, que quiere desviar de sí la tormenta- "es usted muy generoso. Su noble celo lo lleva a usted muy lejos. ¿Qué significa acaso estrangular a una oveja, o a un perro, esa bestia indigna? Y, en cuanto al pastor…" -continúa, pues ése es el punto crucial- "se podría decir…" -aunque él no sabe aún qué- "se podría decir que él merecía todo mal." Para buena fortuna; y con eso ya se encuentra metido en el enredo: "por tanto" -mala frase que, sin embargo le da tiempo- "de los cientos de personas de esas" -y es apenas en ese momento que encuentra el pensamiento que lo saca de la urgencia- "es que se forma sobre los animales un imperio quimérico". Y entonces demuestra que el asno, el más sanguinario de todos, pues se come toda la hierba, es la víctima más adecuada. Después de lo cual todos saltan sobre él y lo despedazan.
Un discurso como ése es un verdadero pensar en voz alta. Las series de las representaciones y sus designaciones avanzan paralelamente y los actos mentales se hacen congruentes unos con otros. El lenguaje no es un grillo, algo así como una traba pegada a la rueda del espíritu, sino que es más bien como una segunda rueda, fijada al mismo eje y que se desplaza paralela con él. Otra cosa muy distinta es la que ocurre cuando el espíritu ya tiene listos los pensamientos antes del discurso. Pues en este caso tiene que detenerse él en su mera búsqueda de expresión, y ese asunto, en lugar de excitarlo, no produce en él otro efecto que el de distender su excitación. Por eso no debe concluirse del hecho de que una idea sea expresada de un modo confuso el que ella también haya sido pensada de un modo confuso. Antes bien, podría ocurrir con facilidad que las más confusamente expresadas sean justo las más claramente pensadas. En una reunión social, en la que por una animada conversación entra a actuar una continua fecundación de los espíritus, se ve con frecuencia gente que, si no fuera por ello, permanecería callada, ya que siente no dominar la lengua, pero que repentinamente se enciende con un movimiento brusco, arrebata la palabra y trae al mundo algo completamente incomprensible. Tales personas parecen incluso indicar por medio de un movimiento gestual bochornoso que ellos mismos no saben bien lo que quieren decir. Es muy probable que esa gente haya pensado algo verdaderamente acertado y muy claro. Pero el intercambio repentino, el tránsito que hace su espíritu del pensamiento a la expresión, suprime toda su excitación; y resulta que ésta es tan necesaria para el mantenimiento del pensamiento, como indispensable fue para su producción. En estos casos, es tanto más imprescindible que el lenguaje esté fácilmente a la mano, para que aquello que hemos pensado al mismo tiempo y, sin embargo, no podemos brindar desde nosotros inmediatamente, pueda al menos seguirse sucesivamente tan rápido como se pueda. Además, aquel que habla por lo regular más rápido que su oponente, y con la misma claridad, tendrá una ventaja sobre éste, ya que conduce más tropas que él al campo de batalla.
Cuán necesaria es una cierta excitación de la mente para por lo menos volver a engendrar las ideas que ya hemos tenido, es algo que se ve frecuentemente cuando son sometidas a examen cabezas despejadas e informadas y a ellas les son presentadas, sin previa introducción, preguntas del siguiente tenor: ¿qué es el Estado? O: ¿qué es la propiedad? Y cosas por el estilo. Si esos jóvenes se hubieran encontrado en compañía de gente que estuviera conversando desde hace rato sobre el Estado, o sobre la propiedad, habrían seguramente encontrado con facilidad la definición a través de la comparación, el análisis y el ensamblaje de los conceptos. Pero en este caso, en el que falta por completo una preparación semejante de la mente, se los ve quedarse paralizados y sólo un examinador incomprensivo sacará de ahí como conclusión que ellos no saben . Pues no es que nosotros sepamos; es ante todo un cierto estado nuestro el que sabe. Sólo espíritus completamente ordinarios, gente que aprendió ayer de memoria lo que es el Estado, pero que mañana ya lo habrá olvidado, tendrá en una situación así la respuesta a la mano. No hay quizás una peor ocasión en general para uno mostrarse por su lado más aventajado que justamente un examen público. Se da por descontado que mostrarse permanentemente es, de suyo, chocante y que hiere la sensibilidad; y que, además, irrita demasiado que un mercachifle erudito de esos someta a examen nuestros conocimientos para comprarnos, o para abandonarnos de nuevo, ya sea que se trate de cinco o seis. Es muy difícil tocar una mente humana para extraer de ella con astucia su sonido más propio. Desafina ella tan fácil en manos torpes que aun el más versado en el arte de ayudar a parir pensamientos -como lo llamara Kant- aún aquí, a causa de su desconocimiento de su prematuro recién nacido, podría cometer disparates. Por lo demás, lo que en la mayoría de los casos permite a esa gente joven, aun a los más ignorantes, arrojar buenos resultados, es la circunstancia de que las mentes de los examinadores, cuando la prueba tiene lugar en público, están ellas mismas muy prevenidas como para poder emitir un juicio libre. Pues no sólo suelen sentir ellas la indecencia de todo el procedimiento. De hecho, uno no exigiría a alguien, sin ninguna vergüenza, que desocupe frente a nosotros su monedero, y mucho menos su alma. En realidad aquí tiene que pasar el propio entendimiento de los examinadores por una peligrosa inspección y ojalá agradecer a Dios que ellos mismos puedan salir airosos del examen, sin haberse expuesto demasiado, o quizás más ignominiosamente de lo que se ha expuesto aquel joven que llegó a la universidad y que ellos examinan.
H. v. K.
(Continuará)
(Traducción de Luis Eduardo Hoyos)

Sobre la reflexión
Una paradoja
Pregónase a los cuatro vientos lo provechoso de la reflexión; en particular de aquella, fría y laboriosa, que precede a la acción. Si fuera español, italiano o francés, holgaría decir más. Siendo, empero, alemán, me propongo echarle a mi hijo, sobre todo cuando tuviese vocación para las armas, un día este sermón:
"Has de saber que más conviene reflexionar después que antes de actuar. Si la reflexión entra en juego antes o en el instante mismo en que uno se decida, solo parece turbar, inhibir y suprimir la energía requerida para obrar que emana de la sublime emoción. En cambio, una vez concluida la acción, sí puede hacerse de ella el uso para el cual le fue dado al hombre la facultad del raciocinio, o sea para darse cuenta de lo que en su procedimiento haya sido deficiente y frágil y regular la esfera emotiva con miras a otros casos futuros. La vida misma es un duelo con el destino, y granos de un mismo costal son la acción y la lucha cuerpo a cuerpo en la palestra. El atleta en el instante en que tiene abrazado a su contrincante mal puede proceder conforme a cosa distinta de las inspiraciones del momento, y aquel que primero se preguntase qué músculos convenga usar y cuáles miembros poner en movimiento, de seguro llevaría la de perder, y sucumbiría. Pero después, cuando haya triunfado o quede tendido en la arena, bien puede reflexionar sobre la llave que le permitió vencer al adversario, o qué zancadilla hubiera debido echarle para tenerse de pie. El que no tiene abrazada la vida como aquel atleta, ni dotado de mil brazos siente todas las convulsiones de la lid, todas las resistencias, presiones y modos de reaccionar, jamás logrará su propósito en una conversación, y mucho menos en una batalla".
(Traducción de Ernesto Volkening)
Fábulas
Los perros y el ave
Dos honestos perros gallineros que habían llegado a convertirse en astutas cabezas en la escuela del hambre, y que atrapaban todo lo que se dejara ver sobre esta tierra, tropezaron con un ave. El ave, azarada, pues no se hallaba en su elemento, retrocedió saltando aquí y allá. Y los perros ya se sentían triunfales. Pero muy pronto, acosada de manera tan intensa, el ave movió sus alas y se agitó en el aire. Y entonces quedaron ahí parados como dos ostras nuestros héroes del acierto, con el rabo entre las piernas y mirándola con la boca abierta.
Es chistoso cuando te elevas en el aire ver a los sabios quedarse parados y mirarte.
Fábula sin moraleja
"¡Ay, si sólo te tuviera!", dijo el hombre a un caballo que, ensillado y con el freno puesto, se encontraba parado frente a él, pero que no se quería dejar montar. "¡Si sólo te tuviera tal como tú, mal criado hijo de la naturaleza, saliste de los bosques! Ya te querría conducir a mi antojo, ligeramente, como a un pájaro, por montañas y valles. Y a ti y a mí nos iría muy bien entonces. Pero he ahí que te han enseñado artes de las que yo, parado desnudo frente a ti, no tengo la menor idea. Y pensar que tendría que llevarte a la pista de equitación (Dios me libre) si quisiéramos entendernos".
H. v. K.
El nuevo (y feliz) Werther
En L…, en Francia, había un joven auxiliar de comerciante, Charles C…, que amaba a escondidas a la esposa de su patrón, un rico hombre de negocios, pero algo entrado en años, llamado D… Virtuoso y probo como era, tan pronto como conoció el joven a la mujer, no acometió ningún intento por ser respondido en su amor; y tanto menos cuanto lo ligaban a su patrón lazos de agradecimiento y veneración. La mujer, que sentía compasión con el estado del muchacho, pues amenazaba con deteriorar su salud, le pidió a su marido, apelando a múltiples pretextos, que alejara al joven de la casa. El marido aplazó por varios días un viaje que había destinado para el joven, hasta que por fin declaró a su mujer que no podía prescindir de él en su despacho.
Un buen día, el señor D… realizó con su mujer un viaje para vi-sitar a un amigo en el campo, y dejó al joven C… en su casa con el objeto de que se ocupara de los negocios. Al caer la noche, cuando ya todos dormían, emprendió el joven -quién sabe impulsado por qué sensaciones- un paseo por el jardín. Al pasar por el dormitorio de la mujer tan apreciada, se detuvo en calma, giró la perilla de la puerta y abrió la habitación. Su corazón se hinchó ante la presencia de la cama en la que ella solía descansar. Sobresaltado, cometió en poco tiempo, después de algo de lucha consigo mismo, y pensando que nadie lo veía, la estupidez de desnudarse y acostarse en la cama de la señora. Muy entrada ya la noche, cuando él ya dormía apacible y sosegadamente desde hacía algunas horas, regresó el matrimonio inesperadamente a la casa -por qué razón, es algo que no importa aquí en absoluto-.
Al entrar el viejo con su mujer a la alcoba, encuentran al joven C…, quien asustado por el ruido que ellos produjeron, se hallaba medio erguido en la cama. Vergüenza y confusión lo invaden en ese momento. Y mientras la pareja se devuelve, consternada, a la habitación de al lado, de donde había llegado, y desaparece, el joven se levanta y se viste. Entonces camina de puntillas hacia su habitación y, cansado de su vida, escribe una breve carta en la que explica a la mujer toda la situación. Después toma una pistola que había colgada a la pared y se dispara en el pecho.
Aquí parece llegar a su fin la historia. Pero, bastante extraño, éste es apenas su comienzo. Pues en lugar de matarlo a él, a quien el mismo muchacho lo había apuntado, el disparo alcanzó al viejo, que se hallaba en la habitación contigua. Pocas horas después el señor D… falleció, sin que el arte de todos los médicos a los que habían llamado fuera suficiente para salvarlo. Cinco días después, cuando el señor D… ya hacía rato había sido enterrado, despertó el joven C… El tiro, que no alcanzó a ser de peligro mortal, pasó rozando sus pulmones. Y, ¿quién podría describir de buen modo su dolor o su alegría (cómo decirlo), cuando él se entera de lo ocurrido y se halla en los brazos de la mujer amada, por la cual se quería quitar la vida? Pasado un año se casó el joven con la mujer y todavía en 1801 vivían juntos. Su familia, me cuenta un conocido, consta de trece hijos.

(Traducción de Luis Eduardo Hoyos)

Las marionetas de Kleist

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EN EN LITERATURA


Las marionetas de Kleist

A pesar de la importancia de Kleist, autor destacado del romanticismo alemán –por no decir incluso modelo del romanticismo por excelencia–, la presencia de este alma turbulenta en el bagaje del lector español no es muy común. En cualquier caso, sus cuentos o narraciones breves, así como las obras de teatro, pueden ser quizá más conocidas; por ejemplo, PentesileaMichael Kohlhaas oLa Marquesa de O son títulos que sonarán a cualquier lector que le gusten los clásicos. No obstante, las aportaciones de Kleist en forma de ensayo breve o texto filosófico pasan bastante desapercibidas, aunque son pequeñas joyas de una finura sorprendente.
Marioneta. Imagen tomada de: http://www.asharperfocus.com/BEINGJOH.HTM
Marioneta. Imagen tomada de: http://www.asharperfocus.com/BEINGJOH.HTM[/caption]
Cuando leí a Kleist por primera vez me conmocionó el estilo seco, directo, quizá irritado, un punto agresivo, como si escribiese con un cuchillo. Al mismo tiempo, aunque desprovista de todo artificio, la prosa era apasionada, de alguien que se abre el pecho y se sincera en cada palabra, que pone el corazón y se reivindica a sí mismo, sus valores e ideales, su singular forma de entender la vida. Creí que se extendía en detalles poco significativos, y luego era parco en la parte más emotiva, en los momentos cumbres de la narración, como si realizase un esfuerzo titánico por no dejarse llevar por la emoción, por seguir siendo racional y mantenerse en control. Pero la emoción estaba contenida allí, en palabras cerradas con hermetismo aunque a punto de explotar y arrasar, quemar las hojas. Tenía la impresión de presenciar una lucha constante del escritor consigo mismo: dos vertientes del alma enfrentadas en una cima bajo nubes tormentosas. No hay un esfuerzo en Kleist por ser estético, pero lo es, con el atractivo adictivo de un joven rebelde, directo y brusco; y al mismo tiempo es ágil, claro, preciso; y, pese a todo, la suya es la prosa de un maestro de la literatura, de un escritor exquisito, que controla a la perfección el ritmo de la narración y la efectividad del lenguaje.
Heinrich von Kleist
Heinrich von Kleist
Sobre la persona, casi se puede decir que los textos de Kleist son la carne y sangre de Kleist mismas, pues acaso haya sido el romántico que con mayor fidelidad ha vivido la esencia del romanticismo en sí, o cierta cúspide cerebral-emocional del romanticismo que se revela cual intenso oxímoron; y lo hizo hasta el final de sus días. Kleist se suicidió a los 34 años de edad, con una amiga; se pegó un tiro después de disparar a su compañera, valga decir que ella estaba conforme. ¿Por qué lo hizo? Se dice que por Weltschmerz (traducido: “que le dolía el mundo”), por una crisis existencial, porque no soportaba la derrota intelectual a la que le había sometido la lectura de Kant; esto es, la imposibilidad de justificar racionalmente la fe religiosa o de conocer toda verdad, o cualquier verdad si quiera. A Kleist le parecía que el mundo había perdido brillo, sentido, y que cualquier formación personal, cualquier esfuerzo por superarse, era en vano. Los psicólogos aseguran que, en realidad, nadie se suicida por motivos filosóficos, o no únicamente por motivos filosóficos; quien sabe si Kleist había interiorizado tanto la filosofía como para convertir su contenido en algo más esencial, más físico incluso, un amor real y un dolor también muy real. Kleist era un joven convulso, turbulento e idealista al máximo. Su biografía está accesible en múltiples obras, pero a mí me gusta en especial la aproximación que hace a él otro genial escritor, el austríaco Stefan Zweig –quien también se suicidó–, en su recomendable libro La lucha contra el demonio (Hölderlin, Kleist, Nietzsche) [1], donde comparte cartel con otros dos monstruos del pensamiento y la poesía: Hölderlin y Nietzsche –estos acabaron locos, al menos más de lo saludable, como el lector probablemente ya sabrá.
El texto que nos ocupa, Sobre el teatro de marionetas, lo encontré por primera vez junto con otros cuentos en la edición de [2], pero el lector lo puede conseguir online en [3]. Lo que me llama la atención de este pequeño ensayo es, más allá del delicado análisis filosófico, el conjunto de imágenes y ejemplos de los que se sirve para apoyar y potenciar la reflexión. Son formas muy bellas y sugerentes que, además de invitar al pensamiento, provocan un importante efecto estético, así que el pensamiento se sublima en un movimiento que está más allá de la reflexión desnuda. De esta manera, a la reflexión la lleva de la mano –como inmejorable guía– la compañera intuición, y la conduce por un camino sinuoso e iluminado de belleza, donde quizá es esa misma belleza lo único “verdaderamente” cierto del razonamiento filosófico. Lo digo porque en el ensayo se entrevé un poco de la crisis kantiana; es más, Kleist expone con arte y mayor eficacia lo que Kant esboza en páginas y páginas de aburrido y farragoso texto científico. En Sobre el teatro de marionetas, Kleist ensaya la idea de que los movimientos naturales son mucho más hermosos, puros y “auténticos” que cualquier acto fruto de la elaboración, preparación, entrenamiento, reflexión y perfeccionamiento adulto. Kleist defiende una “gracia natural”, instintiva, imposible de reproducir o copiar, inalcanzable, pues todo intento de copia es afectado, artificial, artificioso, estéril, una sombra indigna. En esencia, el enfoque tiene paralelismo con la aparentemente paradójica y desconsolada concepción Zen de que el único camino posible a Buda te aleja de Buda (entiéndase “Buda” como “perfección” en el contexto dado). En mi opinión, el núcleo de estas ideas es sumamente poderoso y no paradójico, pues lo que incitan es la ruptura con la cárcel del pensamiento racional como única vía de conocimiento.
Las tres imágenes que utiliza Kleist son: las marionetas, el joven del baño y el oso espadachín. Con la primera imagen, Kleist compara las marionetas con los bailarines, y en un sutil juego intelectual asegura que el movimiento de las primeras es mucho más perfecto que el del más virtuoso danzarín humano. Veamos:
Y ¿qué ventaja tendría tal marioneta en comparación con los bailarines vivientes?
¿Ventaja? Ante todo, mi dilecto amigo, una de índole negativa, y es ésta: que el muñeco no haría jamás nada afectado. Porque la afectación, como usted sabe, aparece cuando el alma (vis motrix) se halla en cualquier otro punto distinto del centro de gravedad del movimiento. Ahora bien, como el maquinista mal puede gobernar otro punto que ése por medio del alambre o el hilo, ocurre que todos los demás miembros, como tiene que ser, se hallan muertos, son simples péndulos y siguen la sola ley de la gravitación, excelente cualidad que en vano se busca entre la gran mayoría de nuestros bailarines. Fíjese usted tan sólo en la A. –continuó diciendo– cuando hace la Dafne y, perseguida por Apolo, se vuelve a mirarle. El alma la tiene entonces en las vértebras de la cintura; se dobla como si fuera a romperse, igual que una náyade de la escuela de Bernini. Fíjese en el joven F. cuando en el papel de Paris se halla ante las tres diosas y entrega a Venus la manzana. El alma la tiene –da susto el contemplarlo– en el codo. Semejantes faltas –agregó como para terminar– son inevitables desde que comimos la fruta del árbol de la ciencia. El Paraíso está ahora cerrado, y el querubín a nuestra espalda; tenemos que hacer el viaje alrededor del mundo y ver si por acaso el Edén tiene del lado de atrás algún acceso.
Reí. Sin embargo –pensaba– el espíritu no puede errar allí donde no hay espíritu. Mas noté que él tenía aún cosas por decir y le rogué continuara.
Además –dijo– esos muñecos tienen la ventaja de ser antigrávidos.
Ellos no saben nada de la inercia de la materia, propiedad que entre todas se opone con mayor empeño a la danza. No lo saben porque la fuerza que a ellos los eleva en los aires es superior a la que los ata a la tierra. ¿Cuánto daría nuestra buena G. por pesar sesenta libras menos y porque un peso igual a ése viniera a ayudarle en sus entrechats y piruetas? Los muñecos necesitan el suelo únicamente en la forma que les hace falta a los elfos: para pasar rozándolo y para dar nueva vida,
mediante la resistencia momentánea, al impulso de los miembros; nosotros lo necesitamos para reposar sobre él y para reponernos de la fatiga de la danza, un momento que, evidentemente, no es danza y con el cual no cabe emprender otra cosa que, en lo posible, hacerlo desaparecer.
Le dije entonces que por hábilmente que defendiese su paradójica causa, jamás me haría creer que en un hombre articulado, una figura mecánica, pudiera haber más gracia que en la estructura del cuerpo humano. Replicó que, decididamente, el hombre no podía ni siquiera alcanzar, en tal respecto, al monigote articulado. Sólo un dios podría, sobre ese campo, medirse con la materia. Y aquí está el punto donde se juntan los dos extremos del anillo que forma el mundo.
Para apoyar a Kleist, aunque sea un poco en broma, y porque inevitablemente el texto me recuerda a la película –o la película al texto–, no puedo resistir la tentación de hacer referencia a la escena de las marionetas, representando la leyenda de Abelardo y Eloísa, de la película Being John Malkovich:
Por otra parte, la imagen del muchacho en el espejo no deja de ser curiosa. En resumen, un muchacho adopta por casualidad una postura de extrema perfección. Luego, obsesionado con ese fenómeno que sucedió de forma arbitraria, el muchacho intenta una y otra vez repetir el gesto sin éxito, de forma tal que termina por perder toda la gracia de la que había gozado antes de forma natural. Más breve: el querer ser bello le hizo feo.
Por último, la más divertida de las imágenes es la del oso espadachín:
Durante mi viaje a Rusia, hallábame una vez en una finca del señor de G., hidalgo de Livonia, cuyos hijos, a la sazón, se ejercitaban intensamente en la esgrima. Especialmente el mayor, que acababa de volver de la Universidad, presumía de virtuoso en aquel arte. Una mañana, hallándome en su cuarto, me ofreció un florete. Luchamos. Pero resultó que yo le aventajaba. La pasión que ponía contribuyó a ofuscarle; casi todos mis golpes le tocaban, y su florete terminó por salir lanzado a un rincón. Medio en broma, medio dolido, declaró, recogiendo el florete, que había encontrado por fin su maestro; pero todos en el mundo hallan el suyo, y por ello quería presentarme ahora al mío, a mi maestro de esgrima. Los hermanos lanzaron sonoras risotadas y gritaron: “¡Afuera, afuera! ¡Bajemos al patio!”. Y tomándome de la mano me condujeron hasta donde había un oso que el señor de G., el padre de ellos, había ordenado amaestrar.
El oso, cuando asombrado llegué hasta él, se encontraba erguido sobre las patas traseras y con el lomo recostado en un poste, al que estaba amarrado; tenía alzada y pronta la zarpa derecha y me miraba a los ojos. Esta era su posición de combate. Yo no sabía si estaba soñando o despierto, al hallarme frente a semejante adversario. “¡Ataque usted, ataque!”, dijo el señor de G., “y trate de tocarlo”. Un tanto repuesto de mi asombro, acometí al oso con el florete; él hizo un ligerísimo movimiento con la zarpa y paró el golpe. Traté de engañarle con fintas; el oso no se inmutaba. Me lancé de nuevo sobre él con repentina y segura destreza; un pecho humano hubiera resultado infaliblemente tocado. El oso hizo un ligerísimo movimiento con la zarpa y paró el golpe. Me encontraba casi en la misma situación que el joven señor de G. La seriedad del oso contribuía a sacarme de quicio. Golpes y fintas se alternaban, me corría el sudor. ¡En vano! No era sólo que el oso parase mis golpes como el mejor esgrimidor del mundo; a las fintas, cosa en que ningún esgrimidor del mundo le podía imitar, ni siquiera reaccionaba. Con los ojos fijos en los míos, como si en ellos pudiera leerme el alma, estaba allí de pie, la zarpa levantada y pronta, y cuando mis golpes no iban en serio, él no se inmutaba. ¿Cree usted esta historia? –terminó diciendo el señor C.–.
También en broma, pero sin olvidar aquello de que en toda broma hay una pizca de verdad, en honor a la imagen creada por Kleist no se me ocurre más que ilustrarla con otro vídeo; no es un oso espadachín, pero casi:
Los interesados en profundizar en la discusión filosófica sobre el citado texto pueden encontrar un buen ensayo en [4]. Yo me quedo, o me interesa especialmente, más que la idea en sí –que merece toda la atención–, con la expresión y la extensión de un concepto, base en el microuniverso personal de Kleist, expuesto en un delicado texto con tres imágenes sorprendentes y curiosas que llevan al lector más allá de una comprensión racional y lineal; esto es, a una aprehensión en paralelo, múltiple, a un conocimiento a través del estímulo estético. Yo digo: delante de la belleza la verdad calla avergonzada.

"Umbra Vitae", de Georg Heym

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VIERNES, MARZO 22, 2019

"Umbra Vitae", de Georg Heym

Versión de Ernst Edmund Keil




Adelante se inclinan los hombres por las calles,
contemplando los signos de los cielos,
en donde los cometas, con narices de fuego,
amenazantes se deslizan en torno de las torres.

Los astrólogos llenan los tejados
y clavan en el cielo largos tubos,
y hay hechiceros: brotan de desvanes
retorcidos, a oscuras, conjurando los astros.

Los suicidas andan en grandes hordas
buscando entre la noche su existencia perdida,
encorvados sobre los puntos cardinales,
barriendo el polvo con escobas como brazos pobres.

Polvo que apenas dura,
perdiendo en el camino sus cabellos,
brincan, aprisa mueren
y yacen en el campo con la cabeza rota,

pataleando, a veces, todavía. Y las bestias del campo
alrededor transitan ciegamente y les clavan
los cuernos en el vientre. Se enfrían sepultados
bajo salvias y espinos.

Pero los mares se detienen. Los barcos,
suspendidos en olas, con aflicción se pudren,
dispersos, y no hay corriente móvil
y los patios celestes están todos cerrados.

Los árboles no cambian estaciones,
eternamente muertos en su fin
y abren sus largas manos, sus dedos de madera
por caminos ruinosos.

Quien va a morir se sienta para levantarse
y acaba de decir sus últimas palabras.
Se desvanece de pronto. ¿En dónde está su vida?
Sus ojos se quiebran como el cristal.

Muchos son sombras. Escondidas y turbias.
Sueños que rozan sobre puertas mudas.
Quien despierta agobiado por otras madrugadas
debe quitar la pesadez del sueño de sus párpados grises.

Schiller - Los Dioses de Grecia

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Johann Christoph Friedrich von Schiller.
EL poema los dioses de Grecia fue publicado por primera vez en el Teutschen Merkur editado por Wieland, en marzo de 1788, un año antes de la revolución francesa, provoco una encendida polémica por parte de quienes vieron en él, sobre todo, una crítica a la concepción cristiana del mundo.
Sin título11

El poema, considerado como un verdadero hito del desarrollo espiritual de Schiller, en cuanto tránsito de la lírica juvenil al “estilo clásico” de la madurez del poeta, fue más tarde reelaborada y así apareció, en la primera parte de sus Poesías, editadas en 1800, donde el lamento por el ocaso definitivo de la “humanidad” griega aparece  ahora transformado en una posibilidad superior de volver, mediante la poesía, al reino de la belleza. Dentro de la rica literatura existente acerca del poema que nos ocupa, véase la lucida y bien fundada “defensa” de esta segunda versión por parte de W. Frühwald, “Die Auseinandersetzung um Shillers Gedicht ‘Die Götter Griechenlandes’”, en Jahrbuch der Deutschen Schiller-gesellschaft (1969).
Los Dioses de Grecia.
Cuando el mundo bello regíais aun,
Y hacia la alegría, sin sombra de esfuerzo
Dichosas estirpes guiabais aun,
Seres del país de la fábula bellos,
¡Ay!, cuando brillaba nuestro oficio aun, ‘el del regocijo,
Que distinto entonces todo, ‘que distinto era,
Cuando las coronas ornaban tus templos,
¡Venus de Amatunte!
Cuanto el velo mágico de la poesía
Gracioso ceñía aun la verdad,
Vital plenitud entonces ‘la creación manaba
Y eso se sentía que jamás se siente.
A fin de estrecharla de amor sobre el pecho
Superior nobleza diose a la Natura.
Mostrabale todo a la vista iniciada,
Todo, ‘la huella de un Dios.
69
Donde ahora solo –dicen nuestros sabios-,
De fuego una bola inanimada gira,
Entonces su carro guiaba, de oro,
Helio con serena majestad.
Poblaban oréades estas alturas
Moraba en el árbol aquel una dríade
De urnas de náyade siempre hechiceras
Brotaba del rio la plateada espuma.
Columnas dóricas de Nemea-anastilwmenoi recientemente del templo de Zeus, Templo de Zeus
Volviose aquel lauro una vez por ayuda,
Calla en esta piedra la hija de Tántalo,
Suena en el cañal de Siringa la queja,
Y el dolor de Filomela en este bosque.
Recogió las lágrimas aquel arroyo
Que por Perséfone derramo Deméter,
Y desde esta loma llamo Citerea
¡Ay, en vano!, ‘al amigo bello.
Entonces de Deucalion hasta la estirpe
Aun descendían los hijos del cielo;
Para conquistar de Pirro la hija bella
El hijo de Leto el cayado empuño.
Entre hombres y dioses y héroes también
Un vínculo bello Amor anudo,
Mortales y dioses y héroes también
Allá en Amatunte homenaje rendían.
OLYMPUS DIGITAL CAMERA
El rigor sombrío y la renuncia triste
De nuestro festivo oficio se apartaron,
Todo corazón latir feliz debía
Pues el feliz era de vuestro linaje.
Sagrado era entonces tan solo lo Bello,
Por dicha ninguna turbabase el Dios,
Donde la Camena de casto rubor,
Donde ‘la gracia imperaba.
Teatro de Epidauro
Vuestros templos como palacios reían,
De los héroes os glorificaba el juego
Del Istmo en las fiestas ricas en coronas.
Y en pos de la meta los carros volaban.
Con arte trenzadas, inspiradas danzas
En torno giraban al suntuoso altar.
Coronas de triunfo os ornaban las sienes
Y vuestro oloroso cabello diademas.
De quienes agitan el tirso con brío ‘el ¡evohe!
Y de las panteras el tiro soberbio,
El gran portador anunciaban del gozo,
Brincando delante van Sátiro y Fauno,
Le saltan en torno furiosas bacantes,
Sus danzas alaban el vino del dios,
Y del tabernero las pardas mejillas
Al jarro ‘invitan alegres.
Entonces ningún espantable esqueleto
De aquel que agoniza, ante el lecho venia. ‘Un beso
Del labio acogía el aliento postrero
Y un genio la luz de su antorcha apagaba.
La misma balanza severa del Orco
De una mortal sosteniala el nieto
Y el apasionado lamento del Tracio
Toco a las Erinias.
A encontrar volvía la sombra dichosa
En los bosques del Eliseo sus deleites,
A su fiel consorte e amor fiel hallaba
Y el auriga su camino,
De Lino en la farsa los cantos resuenan,
Admeto se entrega a los brazos de Alcestis,
Orestes de nuevo a su amigo conoce,
Y sus ‘flechas Filoctetes.
Bertel Thorvaldsen Jason y el bellocino de oro 1828
Premios superiores ‘al atleta entonces fortalecían
Por la senda áspera de la virtud,
Soberbios autores de grandes hazañas
Alzabánse hasta los bienaventurados,
Ante el que los muertos para mi reclama
Cedía la turba de los Dioses, queda,
Por entre las olas guían al piloto
Del Olimpo ‘el par de Gemelos.
Dioscuros Caxtor y Polux
¿Dónde, mundo bello, te encuentras? ¡Retorna
Tú, de la natura, dulce edad florida!
Ay, solo en el reino hadado de los cantos
Vive todavía tu pasmosa huella.
Se anega en tristeza la campiña yerma,
Ningún ser divino a mi vista parece,
¡Ay! Del cuadro aquel palpitante de vida
Solo ‘la sombra quedo.
El toro Farnesio (Roma) Marmol de Apolonio de Tralles y Tauriscus (s. II a.C), encontrado en las termas de Caracalla, actualmente en el Museo Arqueologico de Napoles
Ya todas cayeron las flores aquellas
Ante el soplo horrible del fiero aquilón,
Para enriquecer a uno de entre todos,
Debió disiparse aquel mundo de Dioses.
Triste, entre las orbitas de las estrellas
Buscote, Selene, sin hallarte allí,
Llamo entre los bosques, llamo entre las olas,
Y, ¡ay!, ‘vacíos resuenan.
Grupo de estatuas de los baños de faustina, Mileto (Apolo y las Musas) Museo Arqueologico de Estambul
Sin conciencia de los deleites que brinda,
Por su propia gloria jamás arrobada,
Jamás vista por el genio que la guía,
Por mor de mi dicha, dichosa jamás,
Fría ante la honra de su propio artista,
Semejante al golpe muerto de la péndola,
Servil obedece a la ley de lo grave,
Desnuda de Dioses, la Naturaleza.
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Para desprenderse mañana otra vez,
Hoy su propia fosa labra
Y a un huso se atan, igual desde siempre,
Las lunas, por si, para hundirse o nacer.
A su tierra ociosos, del poeta la patria,
Volvieron los Dioses, para un mundo inútiles
Que de su tutela habiéndose librado
Logra por su propio flotar mantenerse.
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Si a un hogar volvieron, todo, cuanto es bello,
Cuanto es elevado, llevando consigo,
Colores y tonos de la vida, todos,
Y solo quedonos la palabra inerte.
Del curso del tiempo arrancados, ya vuelan
En salvo, del Pindo en la cumbre elevada,
Lo que ha de vivir inmortal en el canto,
Por fuerza en la vida habrá de morir.
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'Cuando el niño era niño', el poema de Peter Handke

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'Cuando el niño era niño', el poema de Peter Handke, Nobel de Literatura 2019, que recitó Bruno Ganz en el cine

El austriaco fue el guionista de 'El cielo sobre Berlín', de Wim Wenders

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cielo sobre berlin

El austriaco Peter Handke, Premio Nobel de Literatura 2019, ha dejado su huella en la cultura popular como uno de los guionistas de la película de Wim Wenders El cielo sobre Berlín (1987), también conocida como Las alas del deseo.
En ella, dos ángeles observan la deriva que ha tomado el mundo desde el cielo de una ciudad dividida como el Berlín de posguerra, mientras velan por el lugar y por sus habitantes. Solo son visibles para los niños y los adultos de corazón puro.
Uno de los recursos narrativos más recordados de la película, el que marca su ritmo, es el poema escrito por el propio Handke para este proyecto. El ángel Damiel interpretado por Bruno Ganz lo recita en varios momentos de la cinta: La canción de la infancia (Lied vom Kindsein).
Damiel, cansado de observar en la distancia, desea ser humano tras enamorarse de una de las mujeres a su cargo. La nostalgia por los deseos y sentimientos infantiles que a menudo olvidan los adultos es uno de los temas que tratan la película de Wenders y el texto de Handke. Cineasta y escritor han colaborado juntos en varios filmes a lo largo de su carrera.
Aquí puedes leer el poema al completo:
Cuando el niño era niño,
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente,
y este charco el mar.
Cuando el niño era niño,
no sabía que era niño,
para él todo estaba animado,
y todas las almas eran una.
Cuando el niño era niño,
no tenía opinión sobre nada,
no tenía ningún hábito,
frecuentemente se sentaba en cuclillas,
y echaba a correr de pronto,
tenía un remolino en el pelo
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.
Cuando el niño era niño
era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué yo soy yo y no soy tú?
¿Por qué estoy aquí y por qué no allá?
¿Cuándo empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol es tan solo un sueño?
Lo que veo oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo frente al mundo?
¿Existe de verdad el mal
y gente que en verdad es mala?
¿Cómo es posible que yo, el que yo soy,
no fuera antes de existir;
y que un día yo, el que yo soy,
ya no seré más éste que soy?
Cuando el niño era niño,
no podía tragar las espinacas, las judías,
el arroz con leche y la coliflor.
Ahora lo come todo y no por obligación.
Cuando el niño era niño,
despertó una vez en una cama extraña,
y ahora lo hace una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora, con suerte, solo en ocasiones.
Imaginaba claramente un paraíso
y ahora apenas puede intuirlo.
Nada podía pensar de la nada,
y ahora se estremece ante a ella.
Cuando el niño era niño,
jugaba abstraído,
y ahora se concentra en cosas como antes
sólo cuando esas cosas son su trabajo.
Cuando el niño era niño,
como alimento le bastaba una manzana y pan
y hoy sigue siendo así.
Cuando el niño era niño,
las moras le caían en la mano como sólo caen las moras
y aún sigue siendo así.
Las nueces frescas le eran ásperas en la lengua
y aún sigue siendo así.
En cada montaña ansiaba
la montaña más alta
y en cada ciudad ansiaba
una ciudad aún mayor
y aún sigue siendo así.
En la copa de un árbol cortaba las cerezas emocionado
como aún lo sigue estando,
Era tímido ante los extraños
y aún lo sigue siendo.
Esperaba la primera nieve
y aún la sigue esperando.
Cuando el niño era niño,
tiraba una vara como lanza contra un árbol,
y ésta aún sigue ahí, vibrando.
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«Los demonios de las ciudades», de Georg Heym

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VIERNES, NOVIEMBRE 29, 2019

«Los demonios de las ciudades», de Georg Heym

Traducción de Montserrat Armas




Recorren la noche de las ciudades,
Que negras se doblegan bajo su pie.
Como barbas de marinero en torno a su mentón
Están negras las nubes por el humo y el hollín.

Su larga sombra se balancea en el mar de casas
Y apaga las hileras luminosas de las calles.
Ella se desliza con dificultad como niebla sobre pavimento
Y lenta anda a tientas casa por casa.

Sobre una plaza ha colocado un pie,
Y arrodillado apoya el otro sobre una torre,
Así se alzan, donde cae negra la lluvia,
Tocando las flautas de Pan en la tormenta de nubes.

En torno a sus pies gira el ritornello
Del mar de las ciudades con música triste,
Un gran canto fúnebre. Ya sordo, ya estridente
Cambia el tono, que se eleva en lo oscuro.

Caminan junto al río, que negro y ancho
Como un reptil, su espalda manchada de amarillo
Por las farolas, se retuerce triste
En la oscuridad, que cubre de negro el cielo.

Se apoyan con dificultad sobre un muro de un puente
Y hunden sus manos en el enjambre
De hombres, como faunos que al borde
De los pantanos hurgan con su brazo en el fango.

Uno se levanta. Cuelga ante la luna blanca
Una máscara negra. La noche, que cae
Como plomo del cielo sombrío, profundamente
Empuja las casas al pozo de lo oscuro.

Crujen los hombros de las ciudades. Y estalla
Un tejado, del que brota un fuego rojo.
Se sientan despatarrados en su cima
Y como gatos maúllan al firmamento.

En un cuarto cubierto de tinieblas
Grita una parturienta con dolores.
Su cuerpo fuerte sobresale enorme de las almohadas,
Y en torno a él, de pie, los grandes diablos.

Se aferra temblando al potro del dolor.
En torno a ella, la habitación oscila por su grito.
Llega el feto. Se abren sus entrañas, rojas y largas,
Y sangrantes las desgarra el feto.

Los cuellos de los diablos se alargan como jirafas.
El niño, sin cabeza. La madre lo tiende
Ante sí. Cae hacia atrás, en su espalda,
Hendidos, los dedos de rana del espanto.

Pero los demonios se hacen enormes.
El cuerno de su sien desgarra rojo el cielo.
En torno a su pezuña, el terremoto truena
Por el seno de las ciudades, propaga el fuego.




1910

Georg Heym

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Hegel, Eleusis (Poema a Hölderlin, 1796)

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Hegel, Eleusis (Poema a Hölderlin, 1796)


Eleusis
A Hölderlin (agosto 1796)

En torno a mí, dentro de mí la calma habita —los atareados
con su incansable ansia duermen, proporcionándome la libertad
y el ocio—, gracias a ti, liberadora mía,
¡oh noche! Con tu blanco cendal de neblina
cubre la luna la frontera incierta
de las lomas lejanas; amablemente me llama
la clara franja de aquél lago;
se aleja el recuerdo del tumulto monótono del día,
como si hubiera años de distancia entre él y el ahora.
Y tu imagen, querido, se presenta a mí; tu imagen
y el placer de los días que han huido, aunque pronto los borra
la dulce espera de volver a vernos…
Se me presenta la escena del abrazo
anhelado, fogoso; más tarde las preguntas, el interrogatorio
más profundo, recíproco,
tras cuanto en actitud, en expresión y carácter
el tiempo haya cambiado en el amigo… placer de la certeza
hallar más firme, más madura aún la lealtad de la vieja alianza,
alianza sin sellos ni promesas
de vivir solamente por la libre verdad y nunca, nunca,
en paz con el precepto que opiniones y afectos reglamenta.
Ahora con la inerte realidad pacta el deseo
que atravesando montes y ríos fácilmente hacia ti me llevó,
pero pronto un suspiro lanza su desacuerdo
y con él huye el sueño de dulces fantasías.

Mi vista hacia la eterna bóveda celestial se alza,
hacia vosotros, ¡astros radiantes de la noche!,
y el olvido de todo, deseos y esperanzas,
de vuestra eternidad fluye y desciende.

(El sentir se diluye en la contemplación;
lo que llamaba mío ya no existe;
hundo mi yo en lo inconmensurable,
soy en ello, todo soy, soy sólo ello.
Regresa el pensamiento, al que extraña
y asusta el infinito, y en su asombro no capta
esta visión en su profundidad.
La fantasía acerca a los sentidos lo eterno
y lo enlaza con formas)2
¡bienvenidos seáis,
oh elevados espíritus, altas sombras,
fuentes de perfección resplandecientes!
No me asusta… Yo siento que es mi patria también
el éter, el fervor, el brillo que os baña.
¡Que salten y abran ahora mismo las puertas de tu santuario,
oh Ceres que reinaste en Eleusis!
Borracho de entusiasmo captaría yo ahora
visiones de tu entorno,
comprendería tus revelaciones,
sabría interpretar de tus imágenes el sentido elevado,
oiría los himnos del banquete divino,
sus altos juicios y consejos…

Pero tu estruendo ha enmudecido, ¡oh Diosa!
Los dioses han huido de altares consagrados
y se han vuelto al Olimpo;
¡huyó del profano sepulcro de los hombres
de la inocencia el genio, que aquí les encantaba!…
Tus sabios sacerdotes callaron; de tus sagrados ritos
no llegó hasta nosotros tono alguno… En vano busca
el investigador, más por curiosidad que por amor,
a la sabiduría (tal hay en los que buscan y a Ti te menosprecian)…

¡Por dominarlas cavan en busca de palabras
que conserven la huella de tu excelso sentido!
¡En vano! Sólo atrapan polvo, polvo y ceniza
en las que no retorna nunca jamás tu vida.
¡Aunque lo inanimado y el moho las contentan
a los eternos muertos!…, ¡los muy sobrios!…, en balde…,
no hay señal de tus fiestas ni huella de tu imagen.
Era para tu hijo tan abundante en altas enseñanzas tu culto,
tan sagrada la hondura del sentimiento inexpresable,
que no creyó dignos de ellos secos signos.
Pues casi no era el pensamiento, aunque sí el alma,
que sin tiempo ni espacio, absorta en el pensar de lo infinito
se olvidó de sí misma y se despierta ahora de nuevo a la conciencia.
Pero quien de ello quiera hablar a otros,
aún con lengua de ángel, sentirá en las palabras su miseria.
Y le horroriza tanto haberlas empleado en empequeñecerlo
al pensar lo sagrado, que el habla le parece pecado
y en vivo se clausura así mismo la boca.
Lo que así el consagrado así mismo, una ley sabia
prohibió a los más pobres espíritus hacer saber
cuanto vieran, oyeran o sintieran en la noche sagrada:
para que a los mejores su estrépito abusivo
no molestara en su recogimiento ni en su hueco negocio de palabras
les llevara a enojarse con lo sagrado mismo, y para que éste
no fuera así arrojado entre inmundicias, para que nunca
se confiara a la memoria, ni tampoco
fuera juguete ni mercancía del sofista
vendida igual que un óbolo,
ni manto del farsante redicho, ni tampoco
férula del muchacho piadoso, y tan vacío
quedara al fin que solamente en un eco extrañas lenguas
siguieran conservando raíces de su vida.
Porque tus hijos, Diosa, no exhibieron
por calles y por plazas tu honor, sino que avaros
en el santuario de su pecho lo guardaban.
Por eso no vivías tú en su boca.
Te honraban con su vida. Aún vives en sus hechos.
¡También en esta noche te he escuchado, divinidad sagrada,
a ti, que me revelas a menudo la vida de tus hijos;
s ti, que yo presiento que a menudo eres el alma de sus hechos!
Eres el alto pensamiento, la fe sincera,
que una Deidad, aunque todo se hunda, nunca se desmorona.




G. W. F. Hegel
Escritos de Juventud
Selección de Obras de Filosofía/Colección de textos Clásicos
Traducción: Zoltan Szankay y José María Ripalda
Edición, Introducción y Notas de J. M. R.
Fondo de Cultura Económica
México
Primera edición, 1978
Primera reimpresión, 1981
Segunda reimpresión: 1984
Eleusis 1
(p.p. 213-15)

1 Briefe 38-40
2 Los versos entre paréntesis están tachados en el manuscrito.



Friedrich Hölderlin

Eleusis

An Hölderlin, August 1796

Um mich, in mir wohnt Ruhe. Der geschäft‘gen Menschen
Nie müde Sorge schläft. Sie geben Freiheit
Und Muße mir. Dank dir, du meine
Befreierin, o Nacht! – Mit weißem Nebelflor
Umzieht der Mond die ungewissen Grenzen
Der fernen Hügel. Freundlich blinkt
Der helle Streif des Sees herüber.
Des Tags langweil'gen Lärmen fernt Erinnerung,
Als lägen Jahre zwischen ihm und itzt.
Dein Bild, Geliebter, tritt vor mich,
Und der entfloh'nen Tage Lust. Doch bald weicht sie
Des Wiedersehens süßern Hoffnungen.
Schon malt sich mir der langersehnten, feurigen
Umarmung Scene; dann der Fragen, des geheimern,
Des wechselseitigen Ausspähens Scene,
Was hier an Haltung, Ausdruck, Sinnesart am Freund
Sich seit der Zeit geändert; – der Gewißheit Wonne,
Des alten Bundes Treue, fester, reifer noch zu finden,
Des Bundes, den kein Eid besiegelte:

der freien Wahrheit nur zu leben,
Frieden mit der Satzung
Die Meinung und Empfindung regelt, nie, nie einzugehn!
Nun unterhandelt mit der trägern Wirklichkeit der Wunsch,
Der über Berge, Flüsse leicht mich zu dir trug.
Doch ihren Zwist verkündet bald ein Seufzer, und mit ihm
Entflieht der süßen Phantasien Traum.

Mein Aug‘ erhebt sich zu des ew'gen Himmels Wölbung,
Zu dir, o glänzendes Gestirn der Nacht!
Und aller Wünsche, aller Hoffnungen
Vergessen strömt aus deiner Ewigkeit herab.
Der Sinn verliert sich in dem Anschau‘n,
Was mein ich nannte schwindet.
Ich gebe mich dem Unermeßlichen dahin.
Ich bin in ihm, bin alles, bin nur es.
Dem wiederkehrenden Gedanken fremdet,
Ihm graut vor dem Unendlichen, und staunend faßt
Er dieses Anschaun‘s Tiefe nicht.
Dem Sinne nähert Phantasie das Ewige,
Vermählt es mit Gestalt. – Willkommen, ihr,
Erhab'ne Geister, hohe Schatten,
Von deren Stirne die Vollendung strahlt!
Erschrecket nicht. Ich fühl‘, es ist auch meine Heimat,
Der Glanz, der Ernst, der euch umfließt.
Ha! Sprängen itzt die Pforten deines Heiligtums,
O Ceres, die du in Eleusis throntest!
Begeist‘rungstrunken fühlt' ich itzt
Die Schauer deiner Nähe,
Verstände deine Offenbarungen,
Ich deutete der Bilder hohen Sinn, vernähme
Die Hymnen bei der Götter Mahle,
Die hohen Sprüche ihres Rats.

Doch deine Hallen sind verstummt, o Göttin!
Gefloh‘n ist der Götter Kreis in den Olymp
Zurück von den entheiligten Altären,
Gefloh‘n von der entweihten Menschheit Grab,
Der Unschuld Genius, der her sie zauberte.
Die Weisheit deiner Priester schweigt.
Kein Ton der heil'gen Weih‘n
Hat sich zu uns gerettet, und vergebens sucht
Der Forscher Neugier mehr, als Liebe
Zur Weisheit. Sie besitzen die Sucher und verachten dich.
Um sie zu meistern, graben sie nach Worten,
In die dein hoher Sinn gepräget wär‘.
Vergebens! Etwas Staub und Asche nur erhaschten sie,
Doch unter Moder und Entseeltem auch gefielen sich
Die Ewigtoten, die Genügsamen! – Umsonst, es blieb
Kein Zeichen deiner Feste, keines Bildes Spur.
Worein dein Leben ihnen ewig nimmer wiederkehrt.
Dem Sohn der Weihe war der hohen Lehren Fülle,
Des unaussprechlichen Gefühles Tiefe viel zu heilig,
Als daß er trock‘ne Zeichen ihrer würdigte.
Schon der Gedanke faßt die Seele nicht,
Die, außer Zeit und Raum in Ahnung der Unendlichkeit
Versunken, sich vergißt und wieder zum Bewußtsein nun
Erwacht. Wer gar davon zu andern sprechen wollte,
Spräch‘ er mit Engelzungen, fühlt der Worte Armut.
Ihm graut, das Heilige so klein gedacht,
Durch sie so klein gemacht zu haben, daß die Red' ihm Sünde deucht,
Und daß er bebend sich den Mund verschließt.
Was der Geweihte sich so selbst verbot, verbot ein weises
Gesetz den ärmern Geistern, das nicht kund zu tun,
Was sie in heil‘ger Nacht gesehn, gehört, gefühlt,
Daß nicht den Bessern selbst auch ihres Unfugs Lärm
In seiner Andacht stört', ihr hohler Wörterkram
Ihn auf das Heil‘ge selbst erzürnen machte, dieses nicht
So in den Kot getreten würde, daß man dem
Gedächtnis gar es anvertraute, daß es nicht
Zum Spielzeug und zur Ware des Sophisten,
Die er obolenweis verkaufte,
Zu den beredten Heuchlers Mantel, oder gar
Zur Rute schon des frohen Knaben, und so leer
Am Ende würde, daß es nur im Widerhall
Von fremden Zungen seines Lebens Wurzeln hätte.
Es trugen geizig deine Söhne, Göttin,
Nicht deine Ehr' auf Gaß' und Markt, verwahrten sie
Im innern Heiligtum der Brust.
Drum lebtest du auf ihrem Munde nicht.
Ihr Leben ehrte dich. In ihren Taten lebst du noch.

Auch diese Nacht vernahm ich, heil‘ge Gottheit, dich.
Dich offenbart oft mir auch deiner Kinder Leben,
Dich ahn' ich oft als Seele ihrer Taten!
Du bist der hohe Sinn, der treue Glauben,
Der, einer Gottheit, wenn auch alles untergeht, nicht wankt.

Brahms, Canción del Destino ( Hölderlins Schicksalslied )

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Brahms, Canción del Destino ( Schicksalslied )



Posteriormente al estreno del Deutsches Requiem, la obra que situó a JohannesBrahms entre los grandes compositores, a la vez que suscitaba encendidos elogios y agitadas controversias, éste se sintió motivado a escribir más trabajos para coro y orquesta centrándose especialmente en ellos. Así, aparecieron la cantata Rinaldo, op. 50, la Rapsodia para alto, op. 51, la Canción del Destino, op. 54 y el Triumphlied op.55. Mientras las dos primeras utilizan textos de Goethe y la última un pasaje del Apocalipsis de Juan, Schicksalslied se basa en un poema de Friedrich Hölderlin.

"Quizás nadie haya sido tan expresivo y dramático para expresar someramente, en lenguaje poético, la aflicción del hombre, agitado por las olas de la vida, como el poeta romántico Friedrich Hölderlin. En su obra Hiperión, o el eremita en Grecia, se contiene ese poderoso y sublime poema que conocemos como la Canción del Destino, en el cual traza un magnífico paralelo entre la vida de los seres celestiales, que es pura espiritualidad imperturbable, y la existencia de los hombres, una y otra vez maltratados por la vida azarosa, enfrentados una y otra vez a un destino desconocido". L.Althaner




Durante el verano de 1868, Brahms acudió a visitar a un buen amigo suyo, Albert Dietrich  ,que residía en Wilhelmshaven una ciudad costera en la Baja Sajonia, situada en el lado occidental de JadeBucht, pequeña bahía de la costa del mar del Norte.

Dietrich nos refiere como Brahms, por la mañana temprano, encontró en su biblioteca el libro del poeta romántico Friedrich Hölderlin titulado Hiperión y como le habían conmovido profundamente los versos de Schicksalslied. El tema poético opone la condición humana a la felicidad celeste y en sus estrofas, se describe esta dicha comparándola con el sufrimiento de la humanidad.

También Dietrich nos relata como fueron los primeros bocetos de la Canción del Destino: "Cuando, después de un largo paseo y luego de ver todas las cosas interesantes, descansamos tranquilamente junto al mar, de pronto vimos a Brahms a una gran distancia, sentado solo en la playa, escribiendo".

A pesar del inspirado comienzo, el desarrollo en una forma musical equilibrada ocupó a Brahms mucho tiempo. Primero completó un esbozo inicial de dos versos de Hölderlin en forma ternaria, con el tercer movimiento como una reformulación completa del primero. Sin embargo, no se quedó satisfecho con esta solución para cerrar la obra, ya que consideró que anularía la dura realidad representada en el segundo movimiento.
En medio de las dudas y tal vez afectado por la noticia de la boda de Julie Schumann, hija de Robert y Clara, de la cual se asegura que estaba secretamente enamorado, Brahms dejó a un lado la Canción y se puso a escribir la Rapsodia para alto, op 51, que ofrecería como regalo al nuevo matrimonio.


En mayo de 1871 Brahms entregó la partitura completa de la Canción a su amigo el director Hermann Levi. Este le dio algunas recomendaciones y también hizo una reducción para piano, en la que el compositor realizó nuevos cambios.
La obra no se terminaría hasta aceptar una sugerencia de Hermann Levi quién le propuso para concluirla que en lugar de un retorno total del primer movimiento, hiciese una reintroducción de un preludio exclusivamente orquestal. En principio Brahms era reacio a romper la desesperación y la futilidad del segundo movimiento trayendo un regreso feliz al primero, pero finalmente compuso el tercer movimiento como una copia del preludio orquestal del primer movimiento con una instrumentación más rica y en do mayor.

El estreno tuvo lugar el 18 de octubre de 1871 en Karlsruhe durante un concierto de la Asociación Filarmónica, en parte dirigido por Hermann Levi, mientras que Brahms se hizo cargo de la dirección de su Schicksalslied. El programa también incluyó escenas de Fausto de Goethe de Robert Schumann y dos de las canciones orquestadas por Brahms de Franz Schubert . La Canción del Destino dejó una profunda impresión en la audiencia de Karlsruhe, y a principios de 1872 siguieron otras actuaciones en Bremen, Wroclaw, Frankfurt y Viena.

"Una introducción orquestal serena y brillante precede a la primera parte de la obra. Los altos comienzan el poema y las otras voces entran en cálidas armonías, evocando la alegría tranquila de una existencia espiritual ideal. Esta sección parece cerrarse en una cadencia pacífica hasta que un acorde suave, pero disonante, sirve como pivote para la segunda sección turbulenta en do menor. Entra el coro completo, entonando una amarga queja del sufrimiento, el malestar y la muerte de la humanidad. En remolinos de 3/4 de tiempo, Brahms hace un uso efectivo de sus ritmos cruzados característicos. El coro se desvanece, entonando las palabras "jahr lang ins Ungewisse hinab" ("a lo desconocido a continuación"), y la orquesta comienza un canto que aparentemente terminará el trabajo. Pero, como se mencionó, Brahms regresa al material de apertura, lo que permite un final pacífico e, incluso para Brahms, inusualmente hermoso". Wayne Reisig




¡Camináis las alturas luminosas,
genios bienaventurados, sobre un suelo muy leve!
Las brisas divinas, espléndidas,
apenas os rozan,
tal como los dedos de la artista
rozan apenas las cuerdas sagradas.

Como un niño que duerme,
inconsciente del destino,
respiran los seres celestiales;
con pureza inmaculada
en humilde capullo, eternamente,
florece en ellos el espíritu,
y sus ojos bienaventurados
contemplan en serena y eterna claridad.

En cambio a nosotros se nos niega
sitio alguno en el cual reposar;
se desvanecen y desploman
los hombres sufrientes, ciegamente,
hora tras hora,
como el agua que se precipita
de roca en roca,
ininterrumpidamente en lo desconocido.

Adagio: Ihr wandelt droben im Licht. (Mi bemol mayor)
Allegro: Doch uns ist gegeben. (Do menor)
Adagio: Postludio orquestal (Do mayor)




Happy Birthday Scardanelli!

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Today is the birthday of one of the greatest poets that humanity has had. Beauty, magnificence and meaning of his work have rarely been so obvious as of today: Times of Coronavirus.
On March 20, 2020, Friedrich Hölderlin's birthday celebrates its 250th anniversary. He was born in Lauffen am Neckar in 1770. The same year as Beethoven and Hegel.
Hardly any other poet challenges the arts and his readership as much as he does. With his bold language experiments, which cannot be assigned to any current, either classical or romantic, he led poetry into modernity.

ON THE 250TH BIRTHDAY OF THE POET Friedrich Hölderlin.

If you know German here is one of the most amazing poems of universal literature (include English and Spanish versions):

An Die Parzen


Nur einen Sommer gönnt, ihr Gewaltigen!
Und einen Herbst zu reifem Gesänge mir,
Dass williger mein Herz, vom süssen
Spiele gesättiget, dann mir sterbe!
Die Seele, der im Leben ihr göttlich Recht
Nicht ward, sie ruht auch drunten im Orkus nicht;
Doch ist mir einst das Heil’ge, das am
Herzen mir liegt, das Gedicht, gelungen,
Willkommen dann, o Stille der Schattenwelt!
Zufrieden bin ich, wenn auch mein Saitenspiel
Mich nicht hinabgeleitet; Einmal
Lebt’ ich, wie Götter, und mehr bedarf’s nicht.

To he fates

Grant just one summer, you powerful ones!
And one autumn for ripe songs,
so that my heart might be more willing,
satisfied with sweet playing, to die.

My soul, which in life, did not realize its divine right,
will not rest in Orcus;
but if once the sacred thing that
lies closest to my heart - my poetry - succeeds,

then I will welcome the silence of the world of shadows!
I will be content, even if my lyre
does not come with me; for once
I lived like the gods - and I require no more.

‘A las parcas’,
de Friedrich Hölderlin (1770 – 1843)


¡Concededme un verano, sólo uno, oh poderosas!
Y un otoño en que pueda mi canto madurar;
sólo de esa manera, saciado con tan dulces
juegos, el corazón aceptará su muerte.
Alma que en vida no disfrutó sus derechos
divinos, ni en el Orco logrará descansar;
mas si logro plasmar lo más querido
y sagrado, el poema, ¡bienvenidos seáis,
silencios de las sombras! Porque yo estoy contento
si mi música, al menos, no se pierde;
una vez, por lo menos, habré vivido igual
que los dioses, y más no será necesario.

PATMOS 
Friedrich Hölderlin

"Cercano está el
Dios y es difícil captarlo.
Pero donde hay peligro, crece también
lo que nos salva.
En las tinieblas viven
las águilas, e intrépidos caminan
los hijos de los Alpes, cruzando abismos
sobre frágiles puentes"

(Nah ist 
Und schwer zu fassen der Gott.
Wo aber Gefahr ist, wächst
Das Rettende auch. 
Im Finstern wohnen
Die Adler und furchtlos gehn
Die Söhne der Alpen über den Abgrund weg
Auf leichtgebaueten Brücken)


Cosmos V.2

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Hölderlin - Dichter zwischen Genie und Wahnsinn | SWR Geschichte und Ent...

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Bad Homburg im Jahre 1806 am Morgen des 11.
September wird der Dichter Friedrich Hölderlin  von zwei Männern gewaltsam von seinem Wohnort
abtransportiertvon
der Landgrafschaft Hessen Homburg wird er nach Tübingen verschleppt zudieser Zeit
eine viertägige reisenaja ist schwer zu fassen wurde der Markt ist
aber Gefahr ist wächst daskönnteder Abtransport muss dramatisch gewesen sein es
ging ohne Rechtsgrundlage auchdas wäre damals eigentlich vorgeschrieben gewesen
das war de facto
eine Entführung zuvor ist sein engster Freund Isaac vonSinclair
des Hochverrats gegen den Landesfürsten angeklagt und in denKerker
geworfen worden auch Bilder link steht auf der Liste derguten Stube das war eine Zeit in
der politischeGegner
durchaus auch mal eben einen Kopf kürzer gemacht wurden oder von derBildfläche
verschwunden sinder wird sicher mit Todesängsten konfrontiert gewesen sein bei
dieserFrauenam 15 September
erreicht die Kutsche das Autenrieth Klinikum in Tübingen will Berlin kommt in die psychiatrische Abteilung
anhand der historischen Aktenlassen sich die damals üblichen therapeutischen Maßnahmen
rekonstruierenda
war 2 131 Tage in dieser Wandelung darüber ist gut Buch geführt wurdendas
behandlungskonzept das war verloren gegangen aber das Rezepten klein ist jaerhalten
geblieben in Berlin
wird Tollkirsche Fingerhut Opium und eineQuecksilber Verbindung verabreicht nach heutiger Kenntnis
ein giftigermedikamentenmix
es ist davon auszugehen dass er im Palisaden Zimmer ruhiggestellt wird heute würde man sagen
in einer Gummizelle der ihn behandelndeArzt hat eine Gesichts Fixierung erfunden die
seine Patienten davonabhalten soll zu schreien die Autenrieth immer
das war damals dassdas moderne mit einem Montur den Kopf befestigt
und dann noch eine regelrechteLeder Maske darüber plus empfehlen wo Menschen
dann noch geschrieben haben einKnebel direkt in den Mund gesteckt was sicherlich
ganz besonders schrecklichist weil man dann ja Erstickungstod kommtseine Behandlung
kommt einer Folter gleich wie FriedrichHölderlin  sieerlebt haben mag lässt sich nur erahnen dass die Situation
in einer Psychiatrieist den Ärzten dagegen verstehentransformers
vorstellen Berlin
werde nachts aus dem Bett geholt eine kutschehat gewaltsam in diesem herzen
gegenüberkleinlich
angst war anfangs sogarnach knapp acht Monaten Behandlung erklärt der Arzt
Hölderlin s
Wahnsinn fürunfehlbarer gibt
ihm höchstens noch drei Jahre zu lebenmit dieser Prognose über stellt er ihnen einer Familie
zur Pflege Friedrich
Hölderlin
 ist 37 Jahre alt
als er in das Haus eines Tübinger Schreiner Meistersein Zimmer mit Blick auf den Neckar
wird sein letzter Lebens Ort seinheute zählt FriedrichHölderlin  zu den bekanntesten Dichtern weltweithinterlassen
hat er ein bahnbrechendes werkklar ist nur schwer zu fassen der Gottwächst
das rettende auch da ist es schwer zu fassender Gott wo aber Gefahr ist wächst
das rettende auch also höherer Designer vondiesen Dichtern die immer schon in der Zukunft
angekommen sindda
wird auch noch im Jahr 3000 wieder neu zu deuten seien selten ist soberichtet
worden was da passiert sprach ist bis heuteunerreicht was auffällt ist diese höchst
ungewöhnliche Fügung der Sprache das hatkein anderer gemacht das gibt es in der ganzen
deutschenKlassik
so nicht es gibt es auch später nicht mehreine Stimme eine politische stimme tritt davor
die ganz einmalig ist in derdeutschen Literaturgeschichte der ist Einzelgänger
es ihr Läufers Randfigurder sich absetzt von allen weil er wirklich etwas
schafft was ich alsbahnbrechend für alle spätere erweist Halloween
ist ja auch einer der wie keinzweiter dichter in Deutschland von allen
politischen Richtungen in Beschlaggenommen wurde die rechten die linken die mittleren
alle haben bei ihm ihreAntworten gesucht und es ist kein Zufallviel
hat von morgen an seid ein Gespräch wir sind und Herrenvoneinander erfahren der Mensch
bald sind wir aber gesamt unter wesentlicherImpuls ist dass es sich hier nicht
nur um Gedichte handelt sondern umgesellschaftspolitische entwürfe diese Gedichte
verhandeln runde
die Idee einer besseren Gesellschaft verhandelndie Ideen der französischen Revolution
Freiheit Gleichheit Brüderlichkeitverhandeln die Idee des humanen selbst oder über Landschaften
dichtet sinddiese
Landschaften belebt das sind alle die Fragestellungen wie kann der Menschdas Leben
wie sieht ein menschlich geglücktesmiteinander neben aus wenige Jahre vor seiner Zwangseinweisungin die Psychiatrie
unternimmt will Berlin
eine Reise nach bordeaux überweite Strecken zu Fuß ein Gewaltmarsch in das Ursprungsland
der Revolutionalso
das ist ein moment der sein ganzes leben bestimmt hat dieser moment desausbruchs
der französischen revolution 1789dieser große aufbruch der versprach dass alles
wie herrschaftsverhältnisse derletzten 100 jahre waren auf den kopf gestellt
werden würde und damit warensehr viele hoffnungen verbunden Hölderlin  hofft dass nach französischem vorbild sich
auch in seiner schwäbischenheimat die herrschaftsverhältnisse von grund auf
erneuerner
war anhänger dieser schwäbischen revolution schwäbischen verschwörung undwar mit
den politischen aktivisten dieser zeit sehr gut bekannt undbefreundet sehr wohlhabend sie
geplant die macht zu stürzen und in derdamaligen zeit galt das sicher als einer der ganz
großen politischen aufruhraktionen die man eben heute mit dem wort
terrorismussein
engster weggefährte sitzt wegen hochverrats im kerker diesem schicksalwird Hölderlin  entgegen ein ärztliches gutachten bescheinigt
ihmwahnsinn
die ermittlungen werden eingestelltals verrückt zu erklären in die psychiatrie zu
verschicken warvielleicht
auch genau für ihn die lösung und nicht eben in kärnten nicht alspolitisch
radikaler des landes hochverrats angeklagt zu werden und dannlebenslang
möglichen gefängnis zu landendas ende des dichters im turm über dem Neckar
wirft bis heute fragen auf ist esdenkbar dass sich die ärztin ihrer diagnose
geirrt haben dass er gar nichtwahnsinnig war dass es hier nur darum ging einer
politischen verfolgung zuentkommenwas erzählt sein werk was hat Hölderlin  getrieben was hat ihn besiegenwie
lässt sich sein lebensweg rekonstruieren sein politischen idealenhat Hölderlin  nie abgeschworen als dichter hat er sich immer
weiterradikalisiert
die frage ist bis zu welchem punktführt sein leben zwangsläufig in den typen atom36
jahren wenn so eine zelle Hölderlin  sollte nicht drei jahre sondern noch mehr als
drei jahrzehnteleben
bis zu seinem tod am 17 juni 1843 die hälfte seines lebenswarum endete sein leben in einem
turmwer
war Friedrich
felder nichtdas
tal des mieters die schwäbische alb die tech landschaften die Friedrich Hölderlin
 von kleinauf gesehen in der
natur genießt er eine freiheit die demkind ansonsten kaum gewährt ist eine ganz
besondere kraft seines erlebnisgewesen zu sein dass er in einer unscharfen
warmen vom himmelbegünstigten landschaft aufgewachsen ist und er muss da wieder
von seinem eigenennatur erleben aus dass glückliches belebte ganz
einfach desolat gespielthaben sind sie immer wieder und wieder in deinen
tälern wachtel mein herz mirauf zum leben zum leben zu lieben seine wählen
und spielten mich und alle holdenhügel die dich wanderer kennen ist keiner fremd
mehr ist keiner fremden mirjohann christian FriedrichHölderlin  kommt am 20 märz 1770 als sohn einerpfarrers
tochter und eines kloster verwalters in dem ort lauffen am Neckar auf die welt die zutiefst
protestantische familie ist äußerststandes bewusst und vermögen will Berlin
ist gerade zwei jahre alt als der vaterstirbtdie mutter heiratet erneut und die familie zieht
nach nürtingen weiterflussaufwärts am Neckar zwischen stuttgart und Tübingen
gelegen Hölderlin
 
ist neun jahre alt als auch
der stiefvater statt halloween hat zweiväter verloren und mit seiner mutter ist er
ausserordentlich stark in diesemdoppelten verlust verbunden ich glaube das hat
das verhältnis besonders tiefaber auch dramatisch gemacht die zweifache witwe
wird nicht wiederheiraten all ihre erwartungen projiziert sie auf den ältesten
sohn er sollpfarrer
werden wie seine vorfahrenjetzt hat sie einen hochbegabten bis genialen
sohn nicht unbedingt eingeschenk ich stelle mir vor bei aller liebe das
ist auch sehr schwierig isteinen genialen sohn mit diesen Friedrich
Hölderlin  zu haben dessen seelischerkünstlerischer das auch noch das
fremde element der kunst in einer solchenfamilie entwicklung man beobachtet beäugt aber
vielleicht kaum verstehenmit 16 wechselt Hölderlin  auf die höhere klosterschule maulbronnzuvor
hatte die mutter vertraglich besiegelt dass ihr sohn dem landesherrnauf
lebenszeit als pfarrer dienen wird im gegenzug erhält Hölderlin  staatlichestipendien für die besten und strengsten
theologischen ausbildungsstätten deslandesdas erste gebet beginnt um viertel nach fünf
weitere gebetet akten den tag mitdrill ist enormich stell mir das sehr schrecklich
vor also der zucht und ordnung von früh-spät- und dass wir uns heute vorstellen von
erziehung also raum für individuellefreiheit für das eigene tempo eigene ideen zu
entwickeln und die zu verfolgendas alles hat genau nicht gegeben sondern es
wurde ein enormes pensum vondenen verlangt und darauf wurde geachtet und werd
es nicht gebracht hat flug ebenaus diesem leistungssystem auch aus und hole ihn
hat es immer erbrachter wusste er muss im system funktionieren um auch
seiner mutterkeine
schande zu machen keinen kummer zu machen und gleichzeitig beschreibt eraber
wir ihnen das geldden briefen des knaben lässt es sich entnehmen
verzweiflung und schwermutwechseln ab mit ausbrüchen wütenden trotzig das
ist ja ein kurzes zitat auseinem brief von Hölderlin  von 1787 mein herz es ist böse ich habe ihm
ahlen einbessers
gehabt aber das haben sie mir genommendas finde ich ist ein sehr berührendes zitat
indem er eben selber erkenntwelche schmerzen und welche verletzungen diese
zeit in den klosterschulen in ihmausgelöst haben hier halte ich es niemals nein wahrlich
ich muss fortman
hat auch belege dafür dass er melancholisch wegtauchen sturm wirken insich
selber versinken konnte ich glaube dass beides der selbsterhaltung dientdie
abwendung genauso wie das aufbrausennicht nur in seinen briefen bringt er zum
ausdruck was ihn bedrückt und erwägtauch in manchen seiner ersten gedichte in
maulbronn beginnt friedlich meldenihn zu schreiben ich so die knaben schritte lenke
kerker die kurzen vorgemessenen schritte täglich zu wandeln ich tue
das und ich wollte es nimmer soinständig er die mutter anfleht an einen abbruch
der ausbildung zum evangelischenpfarrers nicht zu denkenam 14 juli 1789 erfolgt in paris
der sturm auf die bastille der tag 0 derfranzösischen revolution einen monat später sind
feudal undleibeigenschaft
abgeschafft und die menschen und bürgerrechte erklärtdie nachrichten vom 14 juli halten
wie donna durch natürlichbegann man nun in anderen europäischen länderndie
ereignisse aber dies intensiv zu verfolgen mit argwohn von seiten derregierungen
die angst hatten vom revolution sirus angesteckt zu werdenaber mit viel interesse von seiten
der bevölkerung zumindest den aufgeklärtenschichten und ganz besonders in süddeutschlandalles
wird von grund auf neu bestimmt die neue zeit der neue menschin Berlin
wird in dieser französischen revolution geradezu gepacktdas ist wahrscheinlich dass das
wichtigste geschehen in seiner zeitdieser impuls des dann volk aufsteht und seine
königin wegfegt wovon deutsche inallen landesteilen oder kleinstaaten nur träumen
konntendas
hier praktisch fürsten willkür zunichtegemacht wird das war für ihn dasgrößte
innere ergebnis überhaupt und natürlich der traum was wäre wenn wirdas
auch machen könnten die deutschen insofern war die französische revolutionseine
ureigenste sache im frühjahr 1792 dringen französische revolutionstruppenerstmals
auf deutsches territorium vor dass zu dieser zeit in mehr als 300selbstständige
fürsten und könig thümer zersplittert istdas ist keinesfalls ein eroberungskrieg im mai
1790 haben die franzosen jeglicheart von eroberungskrieg abgeschworen es handelt
sich vielmehr um eine volksbefreiungskrieg es geht darum die menschen vom
joch ihrer prinzen undkönige zu befreien und europa progressiv zu
republik amüsieren den vormarsch derfranzösischen truppen begrüßt Hölderlin  mit euphorie er schreibt an seineschwester
bete für die franzosen die verfechter der menschlichen rechtezu
diesem zeitpunkt ist FriedrichHölderlin  22 jahre altseit vier jahren bereits lebt er
als theologiestudent im evangelischen stiftin der schwäbischen universitätsstadt Tübingen das
studium im stift ist das höchste was man in württemberg erreichen kannwer
hier studiert gehört zur geistigen elitedas stift untersteht direkt dem landesbahnauch sonst
ist der druck gewaltig neben theologie studiert Hölderlin  philosophieund philologie er ist fasziniert
vom altgriechischenland hebräisch und französisch unterrichtssprache
ist wird eindie
studenten erwerben tiefe kenntnisse der antike obwohl zensur im landallgegenwärtig
ist lesen sie auch republikanisch gesinnte philosophen diehaben büros contra sozial gelesen
liebe partout ihre tolle serieder mensch ist frei geboren und überall legte in
kettendas
war in den köpfen zeitweise teils FriedrichHölderlin  eine stube mit zweistudenten die deutsche
geistesgeschichte schreiben werden den philosophen hegelund celliein unglaublicher glücksfall dass
diese hochbegabten dort zusammen gewürfeltwurden das schicksal dort herausgerissen aus den
familien nun in einer drei mannbude die zügig war wahrscheinlich die ratten über
die beiden liefen zusammenleben zu müssen dann aber auch eine ungeheure
geistige freiheit zu genießenim austausch wenn ein wiedersehen auf einen hebel
trifft ein hebel auf einenhühner legen dann kapieren die wen sie vor sich
habenwas
da gedacht werden kann was die drei studenten verbindet ist dasbewusstsein
in einem moment zu leben indem eine neue gesellschaftlichezukunft plötzlich möglich erscheint
das denken dass ich ein fühlen das warhochgradig trainiert und wurde nun vielleicht zum
ersten mal auf diese neuezeit in ihre umbrüche angenommengemeinsam
formulieren regel schelling und Hölderlin  vielleicht schon hier diegedanken für das älteste system
programm des deutschen idealismusbis heute gilt es als einer der schlüssel texte
der deutschenphilosophie
geschichteerhalten
ist es als fragment in der handschrift hegelsin erste idee ist natürlich die
vorstellung von mir selbst als einenabsolut freien wesensie möchten ja eine bessere
menschheit sie lieben und leben sozusagen für einebessere menschheit jeder staat muss
freie menschen alsmechanisches räderwerk behandeln und das soll er
nicht also soll eraufhörendas ist natürlich ein sehr radikaler gedanke denn
es geht wie man ja sieht indiesem alter so genannten ältesten
systemprogramme darum dass die freiheitrealisiert werden muss und das was in dieser zeit
start genannt wird das wirddamit identifiziert dass es das genaue gegenteil
ist nämlich mechanismus undaus diesem grunde soll der staat aufhörengefordert
wird die abschaffung jeglicher herrschaft keine macht für niemanddas ist
die vision Hölderlin
 verkehrt vermutlich in
radikalrevolutionären
studentenkreisen
kaum vorstellbar dass er nach seinem examen dem landesherrn in einerschwäbischen
ortschaft als pfarrerer wird seinen eigenen weg gehen obwohl noch
nicht weiß und nicht wissen kann wodieser weg hinführt es ist der weg der dichtung
ist hoch individuelle es gibtkeinen vorgezeichneten anders als bei pfarrer
professor werden
er hat talent das bestätigen ihm auch erste erfolgebereits
in seiner tübinger zeit werden gedichte gedruckt und erregenungewöhnlicher
aufmerksamkeit hymne an die natur an die unsterblichkeit an diemenschheit
und die freidann
am süßen heißeren ziele in der ernte großer tag beginnt endet dietyrannen
stühle und iranern knechte mode sinddie tübinger hängenlassen euphorischen und
revolutionären pathos erkennen und Hölderlin  ehrgeiz sich in der welt als dichter zu
behaupten und die zukunftentscheidend mitzubestimmen Hölderlin  hat dichtung wirklich als eine artdienst
an der gesellschaft verstanden diese ideen diese keime dieseveränderung
den durch die französische revolution in die welt in diegesellschaft gekommen sind zu
befördern und zu verbreiten und das ist natürlichschon ein gewaltiger anspruch den
er hat mit der dichtung die menschen zuverändern und damit beginnen die schwierigkeiten
ich denn von jetzt abist es ist die frage ja nie wie wie soll man
existierener
bezahlt einem dasim alter von 23 jahren verlässt will dell in seine schwäbische
heimatsein
studium der theologie hat er abgeschlossen eigentlich ist ervertraglich
verpflichtet sich nun auf das pfarramt vorzubereiteneine einzige möglichkeit gibt es
dem zu entgeheneine
stelle als aus ihrerdie findet Hölderlin  in waltershausen an der bayerisch
thüringischen grenze keineadligen familiemit hohen ansprüchen dritter an
seiner aufgabe heraner soll fritz von kalb erziehen den schwierigen
sohn des hauseser
ist ganz gewiss mit viel theorie da reingegangen und ich denke mal er hatalles
hinein gelegt um diesen zyklen sozusagen zu einem erster bürger des vonihm
ausgedachten idealen staates zu machenes war in der zeit überhaupt eben von rousseau
ausgehend großes ideal menschenzu erziehen überhaupt war der gedanke da dasmenschen
erzieher sind und zum hören gehoben werden können ganze nationenerzogen
werden können so hoch fliegen seine ideale sind so schnell führt dieaufgabe
den ehrgeizigen hauslehrer an seine grenzen praktische probleme warendas
fritz onanierte und das war ein riesen problem auch für heute liegen undmoralisches
problem dass er es nicht schaffte ihnen das abzugewöhnen unddaran
schließlich ist die ganze erste hofmeister stelle von Hölderlin  gescheitert Hölderlin  lebt mondän auf dem schloss aber abgeschieden
er zeit zuschreiben
er arbeitet entwürfe zu einem erstenroman und er verzehrt sich nach der möglichkeit
sich vor den anerkanntenraten zu beweisen die zu dieser zeit im nahen
jener lebenwarum
muss sich so an sein und so viel interesse haben um den reichtum einesgeistes
ich werde nie glücklich sein in dessen ich muss wollen und ich will ichwill zu
einer mann werden würdigen sie nicht zuweilen eines aufmerksamen blickmit
diesen worten wendet er sich an Friedrich scheerer seinem großen idolder
herausgeber der huren der wichtigsten literaturzeitschrift indeutschland
china war für ihn und nicht nur für ihn dass große paraden warenweil
schüler nämlich im grunde durch sein dasein ermutigt hat den weg einesdichters
zu gehen schüler war der schwabe der im russland was wurde eineeuropäische
größe bald welche literatur dessen modelle beruflich zu existierenverhüllen
das nächstliegende warenschiller traut dem zehn jahre jüngeren
schwäbischen landsmann einiges zu wie erin einem brief an den verleger cotta schreibt Berlin
hat einen kleinen roman imperium er hat recht viel genial isches und ichhoffe
auch noch einigen einfluss darauf zu habenan talent fällt es ihm nicht einmal in der
literarischen welt etwas rechtes zuwerden man möchte nur hinzufügen wenn er aufmich Friedrich
schiller hört und sich von mir prägen lässt hersteller welcherden an
den rohren mitarbeiten lassen im kleine übersetzungs aufgaben gegebenseine
sachen gelesenen Hölderlin  hat nicht nur
briefe geschrieben sondernauch seine texte ein schüler geschicktim
januar 1795 bricht Hölderlin  seine tätigkeit als hauslehrer auch ihn ziehtes nach
jena in thüringen der kleinen universitätsstadt mit dem großen rufjena in
der zeit vor und um 1800 war wirklich der ort des intellektuellendeutschlands
eine jener universität durfte kann tische philosophie geleertwerden
dort waren revolutionär wirksamephilosophen wie fichte dann auch geradezu
allerdings zeit in der lehretätig es waren alle dort die er treffen wollte
goethe schiller herder schellinghegel und Hölderlin  hat er jetzt das erste mal die chance sich vor
diesenmännern
geistig zu beweisenim gegensatz zu den anderen deutschen
fürstentümern herrscht in deruniversitätsstadt ein liberaler geist in jena
kommen die progressivsten köpfedeutschlands zusammendas waren 1 labor von neuen
möglichkeiten eine kaderschmiede einedenkschmiede in der auch einhält und ihn mit
seinem ganz speziellen welt zugangja sich zu recht etwas erhofft hat dort war
vieles im entsteheneiner der zentralen treffpunkte an denen über
eine neue zukunft nachgedacht wirdist das haus Friedrich schillers durch ihn findet Hölderlin  zugang zu denprominentesten denkern seiner zeiteigentlich
jeder der zu der zeit in jena war musste irgendwie sehen dass goethein
varna entsprechend war natürlich der erste moment des kennenlernens mitgoethe
bedeutend für mich immer eine episode die mir so nah ging war wie Hölderlin  den schiller besucht und da ist sie sind herr
dann kann es imhintergrund
und mit ihm verabschiedet sich dann und geht und erst hinterherwird
ihm zugetragen war übrigens dieser herr da im hintergrund war das wargoethe
und stehen sozusagen nachträglich das herz in die hoseer merkt gottes willen er hat den
großen goethe übersehender umgang mit dem großen geistern schüchtert ihn
einandererseits
erlebt Hölderlin
 in den jenaer kreisen diskussion
den aufshöchste
erregen fieberhaft verfolgt man die entwicklungen in paris wo sich diestimmen
grundlegend an und ein mangel solche fehler von longines indeutschland hatten sie vom ende des
alten regimes in ihrem eigenen landgeträumt vom erblühen einer gesellschaft in der
die menschenrechte geltenpolitisches freiheit herrscht gleichheit vor dem
gesetz sicherheitreligionsfreiheit tolerantnatürlich hat die terrorherrschaft das bild das
man sich von der französischenrevolution gemacht hat grundlegend gewandeltludwig
der sechzehnte ist hingerichtet worden gemässigtere revolutionäre werdenals
konterrevolution er verfolgt seit der machtübernahme von robespierreherrscht
in frankreich blutiger terror die nachrichten aus paris schockierendie gelehrten
in jener zutiefstdas offenkundige thema muss natürlich gewesen sein die
revolution und vorallem die art und weise wie man in deutschland
weiter verfahren soll wieman als dichter und denker sich positionieren
kann und wie man diepolitische sache befördern kannin
jener befreundet sich in Berlin mit dem schottisch stämmigen adligen isaacvon
sinclair ein 20 jähriger jurastudent undpolitischer aktivist der auch im untergrund
agiert über sinclair kommt Hölderlin  vermutlich mit den politisch radikalen
studentenkreisen in kontaktdie trotz der blutigen willkür in paris an den
zielen der revolution festtagabschaffung der fürstentümer die gründung einer
demokratischen vereintendeutschen republik sinclair hatte verhindern ihn
faszinieren tiefereeinblicke da waren diplomat zugleich aber auch
einsubversiver
mann der in für diplomaten eher unzugänglichen kreisen unterwegswaren
studenten neben der sich in kleinen revolutionären zuging getunnelthat der
ein regelrechtes doppelleben führenim mai 1795 gehen die studenten in jena auf die
barrikadennoch
bevor die unruhen endgültig niedergeschlagen sind flüchtet sinclairaus der
stadt polizeilich von einer tumult kommission gesucht wenige wochenspäter
verlässt auch Hölderlin
 völlig unerwartet jener die
motive seinerflucht
sind bis heute ungeklärtes ist doch sehr stark zu vermuten dass durch
diese assoziation mit den anderenwirklich dezidiert politisch aktiven freundin die
er hatte eben einfach diegefahr zu groß war dass man ihn gleichsam mit
sippenhaft nimmt dass manauch vermute zu recht oder zu unrecht leben dass
er politisch aktiv war undbestraft werden mussbei schiller löst die überstürzte
abreise unverständnis aus zumal Hölderlin  erst kurz zuvor die zusage für den druck
seines ersten romans erhält erbislang nur im fragment vorliegt Friedrich
Hölderlin  muss seinen eigenen weg findenund der
muss geld verdienen so tritt er im januar 1796 seine zweite hauslehrerstellen
in frankfurt diesmal im haus eines papiers der wechsel aus jenakönnte
da glaube ich nicht größer sein aus diese neben literarischenrevolutionären
umfeld nun nach frankfurt das eben damals schon so eine art ebenfinanz
stadt gewesen istes fällt hinter leben nicht leicht sich in dieser welt des
gerade entstehendenfinanz bürgertums zu recht zu finden indem
ökonomisches wachstum das höchstelebensziel ist und allein der profit zähltdie
börsenspekulation und eben das bankenwesen man läuft wirklich nichtviel
wenn man das eben beginn des kapitalismus wenn man es als als inunserer
zeit versteht er arbeitet für den einflussreichen bankier jakob konntedessen
haus zählt zu den prominentesten adressen der stadtes gleicht einem palast im hause
der familie contra war ein domestic also warein hausangestellter und das war
immer ein problem für ihn weil er sich geistigdurchaus dem hausherren überlegen
fühlte aber das nicht zeigen durfte wie tiefseine verachtung ging lässt sich
einem brief an die schwester entnehmen könnteich doch auch nur recht große augen
machen vor der herrlichkeit der welt ichwäre glücklicher und vielleicht ein ganz
erträglicher junger mensch so aber kannman mir nicht imponieren wenn man mir nicht durch
charakter imponiert unddurch chemiein der gattin seines arbeitgebers begegnet Hölderlin  indes einer frau dieihm durch ihren geist beeindruckt
so setzt konnte hochgebildet charmant undvon einer bezaubernden natürlichkeit wie Hölderlin  schreibt und unglücklich inihrer
ehesie
muss wunderschön gewesen sein das wird von allen beschriebenen die ehebegegnet
sind und eine strahlende erscheinung dieses allgemein bewundertwordenund
dieses jahr 1800 herum gibt es glaube ich noch viel von dernatürlich spontanität auch des
umgangs der geschlechter miteinander werden sichnach allen regeln der kunst wäre
sie viel zusammensaßen und auch zusammenmusiziert haben die werden sich richtig
ineinander verlieben tagenim juli 1796 während der krieg bereits vier jahre
wieder einmal sindfranzösische truppen auf dem vormarsch es kommt
zu brandschatzungen undplünderungen der stadt frankfurt droht die
belagerungjakob
kommentare ist gezwungen seinem haus lehrer die familie anzuvertrauen umsie vor
dem krieg in sicherheit zu bringendie flucht war tatsächlich ein großes glück im
unglück es hätte besser nichtkommen können für die beiden denn nun waren sie
den blicken des ehemanns oderüberhaupt auch der frankfurter gesellschaft
entzogenauf
dem weg in das freie norddeutschland bleiben die flüchtenden in einem kurortim
westfälischen hin die kommenden wochen verbringen sie inbad driburg im hause eines
befreundeten atemam fuße des teutoburger waldes setzten sich Friedrich
Hölderlin  und suzettekonter über das kriegsgeschehen
hinweg und sie setzten sich über standesgrenzenhinweg dieser sommer gehört ihnen
es ist eineewige
fröhliche heilige freundschaft mit einem wesen das sich recht in diesesarme
geist und ordnungs lose jahrhundert von irrt hat mein schönheitssinn ist nunvor
störung sicher er orientiert sich an diesem motto am kopf man verstand gehtin die
schule bei ihr und mein uneinig gemüt besänftigend erheitert sichtäglich
in ihrem genügsamen friedenreset ist muse ist geliebte ist
gesprächspartnerin an ihrer seitegelingt es dem 26-jährigen nach jahrelangen
überarbeitungen den erstenband des imperial zu beendenimperion oder der eremit in
griechenland ist Hölderlin s einziges vollendetesepisches werk eine verarbeitung
seiner persönlichen und politischen erfahrungenes fließt davor einigen kriterien
die große enttäuschung über die französischerevolution ein läuferisch ist der
held des romans ferien in den kampf gezogener seinem volk die freiheit bringen sollen doch
entsetzt wendet sich ferienvom krieg ab und von seiner geliebten und
lehrerin diotima den auftrag zuerhalten nach seiner wahren bestimmung zu suchenin der
figur der diotima spiegelt sich suzette gunter die sommerferien wird vondiotima
veranlasst lehrer seines volkes zu werden erzieher seines volkes zuwerden
und das ist das was allerdings eigenes selbstverständnis ist diesebriefe
aus denen der romand dann in der letztendlichen fassung besteht sind einselbstgespräch
der versucht selber eben ein schreiben dieses romans sichklarheit zu verschaffen über seine
philosophischen und literarischenpositionenvon nun an will Hölderlin  wie der hypo real seines romans als dichter
auf seinvolk
einwirken und mit seinen versen das gedächtnis an die ursprünglichen zieleder
revolution waren die wiederherstellung einer freien undnatürlichen lebenswelt einer
lebendigen einheit zwischen mensch und natureines zu sein mit anders lebt in
seliger selbstvergessenheit wiederzukehren insall der natur das ist der gipfel
der gedanken und
freuden das ist die heilige bergeshöhe der ort der ewigen ruhe wurde
mittagseine
schwüle und der donner seine stimme verliert und das kochende mehr der wogedes
contest läuftjeder
der diese wogende großer die eigentlich aber lyrik ist mal gelesenhat
oder gar laut gelesen hat ist ja davon irgendwie gefangendiese liebe in der welt die umfängt
ein jahr geradezu wenn man es nichtich bin überzeugt dass das naturerleben Hölderlin s
der innerste kern seinesimperiums seiner schöpferkraft seiner
künstlerischen persönlichkeit dass erauf eine ganz besondere art des belebte der natur
empfinden kanner
hört und sieht wachsen die möglichkeiten des menschen diemöglichkeiten der gesellschaft auch
die möglichkeiten der naturmit seinem hyperion stellt Hölderlin  die frage sehen die menschen nicht was sieverloren
haben dass sie sich eine welt erschaffen haben die sie von ihrennatürlichen
ursprung entfremdet hatin seinem werk beschwörte dichter die lebendige
einheit von mensch und naturwie er sie in einer von göttern belebten welt der
griechen als selbstverständlichan nach fast drei monaten in bad driburgmüssen Hölderlin  und suzette nach frankfurt zurückauf
ihre rückreise besuchen sie das gerade eröffnete fridericianumsteingewordene
ausdruck der griechen begeisterung im ausgehenden 18jahrhundert für Hölderlin  ist diese begegnung mit der griechischengötterwelt
eine bestätigung seiner philosophischen gedanken derganzheitlichkeit wie er sie
gemeinsam mit vielleicht gelebt hatzugleich markiert der aufenthalt in kassel das
ende eines ungestörtensommers der liebe Hölderlin  und suzette sind wieder in frankfurt zurück im
haus des ehemannsfast zwei jahre können sie ihre liebe verheimlichenim
september 1798 kommt es zum skandalsollte die musste frankfurt in einem eklat
verlassen der mann vom set konntehatte dann doch wind bekommen von dieser
beziehung zwischen den beiden und sieselbst musste die kündigung aussprechen was
natürlich für ihn in eine großedemütigung war dass die liebe zu hause sind
konter von anfang an zum scheiternverurteilt war das muss in Berlin nun aufsschmerzhafteste bewusst geworden
seindieser
rauswurf ist sicherlich ein ganz entscheidender einschnitt und nichtweniger
als eine katastrophe verhüllte den gewesendas gefühl von ohnmacht muss den vertriebenen
beherrscht haben und einekalte wut auf diese welt des profitstrebens im
zweiten band seinesimperion stellt will Berlin alles infrage was in seiner
epoche alsfortschritt
verstanden seine anklage wird besonders bissig alsimperion unter die deutschen führtich
kann kein volk mir denken dass zerrissener wäre für die deutschenhandwerker
siehst du aber keine menschen denke aber keine menschen priest aberkeine
menschen herren und knechte junge und gesetzte leute aber keine menschenist ja
bekannt dass es sehr zornig sein konnte sehr wütend sein konnte ja dashat ja
da in dem fall ausgetobt waren von alters her durch fleiß undwissenschaft
und selbst durch religion barbarischer gewordentief unfähig jedes göttlichen
gefühlswas
wirft er den deutschen vor dass sie genau das gegenteil von dem sind was ermit
seiner poesie mitte mit dieser idee der ganzheitlichkeit entwickeln sind undden
deutschen hält davor dass sie einzelne sind dass sie kein gespür habensozusagen
für das miteinander und für die gemeinschaft also genau dasgegenteil eigentlich realisieren
und repräsentieren von dem was für ihn dermensch die menschheit ist die werden sollund da
ist er sehr rigoros mit den eigenen landsleuten das ist eine hartescheltein der
deutschen kälte prangert Hölderlin  die kommerzialisierung derlebenswelt an wie sie sich an der
schwelle zum neunzehnten jahrhundertbereits abzeichnet er ist einer der ersten
dichter der in solcher schafezivilisationskritik übt als hätte er
industrialisierung finanzkapitalismusund die folgen vorausgesehennach seiner vertreibung aus
frankfurt sucht Hölderlin
 zuflucht in bad homburgdrei
stunden gehzeit von frankfurt entfernt er findet aufnahme bei seinemfreund
isaac von sinclair der am hofe als diplomat tätig istüber zwei jahre versucht Hölderlin  die beziehung zu setzt aufrecht zu erhaltenheimlich
und unter kraftzehrenden umständen tauschen die beiden briefezeugnisse
einer tiefen und tief verzweifelten beziehung zweier menschendie
sich brauchen und nicht zueinander kommenbei einem ihrer letzten heimlichen treffen
vermutlich im herbst 1799überreicht Hölderlin  suzette den zweiten band des imperialen sehen
mit derwidmung
nehmen sonst ins zieldie zentrale tragödie in diesem leben war
liebestragödie liebe zu einer frauder nie hätte zusammenleben können der liebende Hölderlin  hat sich niewieder davon undsieben
jahre wird nun bereits der krieg unterbrochen von ergebnislosenfriedensverhandlungen
längst marschieren die französischentruppen nicht mehr um die werte von freiheit
gleichheit und brüderlichkeitzu verbreitenes ist mein eroberungskrieg in dem es darum ging
die eroberten länderfinanziell auszubeutenzusammen mit seinem freund sinclair
hatte höll Berlin
einen kongress inraststatt besucht wo die konditionen der abtretung der
besetzten linksrheinischengebiete an frankreich verhandelt wurden
spätestens zu diesem zeitpunkt muss Hölderlin  begreifen dass die franzosen nicht die
republikaner unterstützensondern die deutschen fürstenim november 1799 bringt ein
staatsstreich napoleon an die macht erwird erster konsul eine art von diktator wie Hölderlin  nun realisiert er wohl endgültig
dass die franzosen die freiheitsbestrebungenin seiner heimat scheitern lassenzu
anfang erscheint das konsulat noch als eine neue form der französischenrepublik
aber die neue verfassung des konsulatsbeendet das revolutionäre abenteuer in dem moment
in dem er aus einem konsulein konsum auf lebenszeit wird ist es
offensichtlich dass es mitdemokratischen prinzipien und politischer
freiheit vorbei erst am 15dezember 1799 erklärt napoleon die revolution
offiziell für beendetnapoleons handeln das offizielle einstellende
enden der revolution istfür ihn sicherlich ein fanal gewesen ein
politischeuphorisch
hatte Hölderlin  in seiner jugend den aufbruch der menschheit
ineine
neue zukunft gefeiert und jetzt nach dem ende der revolution wie wird ersich
orientieren wozu dichter in dürftiger zeit wohindenn ich es leben die sterblichen
von lohn und arbeit wechselnd in mühl undruhe ist alles freudig warum schläft denn immer
nur mir in der brust derstachel warum schläft denn niemand nur mir in der
brust der stacheles ist genau die zeit in der hölle liegen darüber nachdenkt
dass seinedichtung
lebendiger werden muss er will realistischer werden er will dieabgründigkeit
des menschen verstehen auch wenn es ihm noch so weh tut undauch wenn er sich der zerstörung
aussetzt von der spricht er war eineoffenkundig ein hochsensibler und gefährdete
mensch deswegen hat er sichdavor versucht zu schützen aber er hat gesehen er
selber und seine
dichtung werden nur wahrer und lebendiger das ist seine ganze rede
wenner
sich dem aussetztflucht nach vorn im januar 1801 bricht wälterlin auf um seine
dritte hauslehrerstelle anzutreten diesmal außerhalb der deutschen grenzenin der
schweiz wie so oft reist er zu fußeine wanderung von drei tagensein ziel ist der ort hauptwil im
kanton thurgauhier
findet er gute arbeitsbedingungen und die zeit zu schreiben und weiterüber
ein neues dichtungs konzept nachzudenkenin seiner jugend hatte er vor allem höhen
verfasst nun sucht Hölderlin  nachdichterischen form dem meer ermöglichen sein
eigenes lebensgefühl zum ausdruckzu bringengöttliches feuer auch treiben bei tag und bei
nacht aufzubrechen so kommendass wir das offene schauen dass ein eigenes wir
suchen das ein eigenesversuchen soweit es auch ist göttliches feuer
auch treiben bei tag und bei nachtaufzubrechen so kommen dass wir das offene
schauen dass ein eigenes wirsuchen soweit es auch ist es muss diesenprozess
der öffnung geben das heißt ja diese texte sozusagen keine bilanzenkeine
schlussstrich und irgendein geschehen wo sie bleiben offen kommenins
offene freund überhaupt die idee der öffnung bei ihm das öffnet sich allesdie
landschaft ist nichts beschlossen dass sie öffnet sich der himmel ist beiihm
noch offen alles ist offen das leben ist offennach nur drei monaten in der
schweiz bericht will Berlin im frühjahr 1801überraschend seinen aufenthalt ab
und tritt den rückweg nach deutschland anin euphorischer stimmung er hofft seine neuesten
dichtungen einem verlegervorzustellen aber es ist nicht nur das in
deutschlandherrscht
nach fast zehn jahren krieg endlich friedenleicht atmen die lüfte verkünden euch schonich
könnte das auch schon getan und der boden der von wetter euch dröhnen dochhoffnung
gerötete wangen und vor der türe des hauses sitzt mutter und kindmuss
schaut den friedendas gedicht friedens feier eine der späten
holderied als dichter muss er nunin der heimat sein denn das ende des krieges
bietet die lang ersehnte chancedass ich in deutschland doch noch eine freie eine
bessere gesellschaftentwickeln kann er besingt den frieden das systemsozusagen
wieder etwas heiliges ist auch das kostbarste was es gibt dermenschheit
frieden und eher selten seltener in stabiler zustand aber wo erdann
sich kurz zeigt dann muss er gefeiert werden das ist wichtig dasbegreift
sofort weil nur nur im frieden kann gesellschaft gedeihen und überhauptalles
erlebt diesen moment für sich so auf vielleicht auch weil er hofft dassder
menschen vielleicht begreifen jetzt beginnt einneues zeitalterich glaube an eine künftige
revolution der gesinnungen vorstellungs arten diealles bisherige scham rot machen
wird und dazu kann deutschland vielleichtsehr viel beitragen Hölderlin  die deutschland als den idealen nährboden für
eine tiefgreifendegesellschaftliche umkehr für einen grundlegenden
politischen gesinnungbringen nicht rückstellen umsturz wie in
frankreich sondern durch kontinuierlichebildung eines besseren menschen im zeit gegeben
werden muss zur freiheit zureifensie schritt für schritt zu ändern sich auf eine
reform auf eine evolutioneinzulassen das ist ein langer weg und ich glaube
dahatten
Hölderlin  aber auch hedl schon ein sehr tiefes
bewusstsein davon wieder mensch sich als ganzes ändern muss wissender
friede braucht noch lange der echte und wahre friede aber wir müssenbeginnen
und jetzt beginnen wir viel hat von morgen anseit ein gespräch wir sind und
hören voneinander erfahren der mensch baldsind wir aber gesehen Hölderlin  vollzieht eine politische neubestimmung in
seinen versen undgesängen bezieht er sich nun verstärkt auf das eigene
vaterland und die eigenehistorische gegenwart was bleibt ist ein
dringenderzukunftsweisender
torviel
hat von morgen anseit ein gespräch wir sind und hören voneinander erfahren der
mensch baldsind
wir aber gesang das ist wieder die idee der der altengriechen licht dass sprache zum
hymnus zum gesang wird die ersten auchphilosophischen texte die wir kämen sind zum teil
gesänge in diesemursprünglichen zustand der sprache der villa immerhin Berlin
löst sich immermehr
von den üblichen facebook experimentiert mit einem freigesetztenmetrum
er lotet die grenzen zwischen sprache und musik aus und entwickeltsein
unverkennbaren stilalso wendet es sich das echo mit diesendann
ist die zeites
eröffnet sichdas
mager
hat sehr hart und sehr viel an dem rhythmus gearbeitet das spürt man auchin sehr
vielen seiner gedichte wie rhythmisiert wie sprachlich lebendig undmusikalisch
diese sprache ist er heute nicht den vorgeformten reim schämenfolgen
sondern er wollte ein lebendiges dichten ein lebendigen atemein
enormer schaffen zu Hölderlin  schreibt von nun an die gedichte die vor allem
seinen nachruhmausmachen
werdener
hat wirklich auch radikal das möglich gemacht was durch sprache damals fastnicht
möglich war weil man immer als dichter daran denken musste was darf eingedicht
was keine ein gedicht ist das noch ein gedichter probiert sie alle aus die
strophen formen das ist vor allen dingen dendamaligen klassikern sehr weit
gegangen so seine eigenwillige satzstellung erdie worte ungewöhnlich dass sie
findet nur verwirrt hat und da wird es dann zumgrenzfall das haben dann auch die
zeitgenossennicht
mehr verstandenso
radikal anders diese gedichte selbst aus heutiger perspektive noch sindsoweit
entziehen sie sich den konventionen seiner zeit damit isoliertsich Hölderlin  vom literaturbetrieb der von den dichterfürsten
in weimardominiert
wird und ohne den zuspruch von schiller und goethe ist es schwer einverleger
zu findenerfolg
und anerkennung hat Hölderlin  nicht nützendoch er wird seinen eigenen weg
gehen radikaler denn je er will eine neuegangart als mohr bringen die zukünftige
generationen erreichen solldarin sieht er seine bestimmungim
april 1801 ist er wieder in nötig er ist 31 jahre altspätestens zu diesem zeitpunkt muss
er sich eingestehen dass es sehr hart istseine existenz als freie dichter zu bestreiten
seine freunde aus derstudentenzeit haben sich längst eine bürgerliche
existenz aufgebautder ist eben nicht zum dozenten die schelling und
hegel geworden ist nichtum dich der star geworden nach manche sind seiner
jugendeigentlich
aussah darum zieht sich ja auch zieht sich ja auch wirklich soetwas
wie eine eine dauerhafte enttäuschung natürlich auch durch diezweite
lebenshälfte zusätzlich kommt aber hierbeihinterlegen dieses element von sich selbst dabei
irgendwie fremd werden alsodas gefühl auch zu haben und das benennt daher
auch in die welt nicht mehr reinzu passen den anschluss zu verlieren zu seinen
freunden zu seiner familie auchzu seiner zeites ist ja nichts in den
bürgerlichen sinne gelungen keine familiengründungkeine bindung zu einer frau die
lebensträume waren waren alle zugrundegegangener wird isoliert und isoliert sich selbst
finanziell ist er wieder von dermutter abhängig wie kaum versteht warum er in
seiner beruflichen situation keinfahrrad übernehmen wie verzweifelt muss er sein
und dochwurde
sein weg als dichter kompromisslos weiter verfolgenich bin jetzt voll des abschiedsich
habe lange nicht geweint aber es hat mich bittere tränen gekostet da ich michentschloss
mein vaterland noch jetzt zu verlassenvielleicht auch immer denn was habe ich liebe es
auf der welt aber sie könnenmich nicht brauchenwieder tritt Hölderlin  die flucht nach vorne andiesmal setzte er alles auf eine
neue existenz in frankreich wieder eine neuehaus lehrerstellenim
winter 1801 1802 überquert er die höhen der auvergne wie immereuphorisiert
durch das versprechen auf einen neuanfangdarum so handeln nur wehrlos fort das leben und
fürchte nichts oder was könntedenn dich beleidigen herz was da begegnen wohin
du sollstnatur
kann auch bedrohlich sein kann gefährdender dichter sucht das existenzielle abenteuer
nicht nur ein alleingang eingrenzgang er setzt sich dem bewusst aus ichvermute
stark dass es ein selbstexperiment war aber in grenzen dereigenen person und ihrer
möglichkeiten vielleicht sogar ein verzweiflungsaktalso solche vorstellungen dass er
auch durch dunkle täler gehen muss undirgendwann dann aber doch noch in den strahlenden
sonnenschein kommt ich denkedie hat Hölderlin  gehabt und die hat er weiterhin mit seiner
rolle als dichterrauch verbundenende januar 1802 erreicht Hölderlin  sein zielbordeaux in der region dir und ausgerechnet die
gegend die in der zeitder terrorherrschaft am schlimmsten betroffen war
vor allem die ranglistenwaren als konterrevolutionäre verfolgt wordendas
schicksal dieser männer macht mich oft bitter hatte Hölderlin  damals aneinen freund geschriebener sieht was die revolution
eingerichtet hat gegen menschen die nicht auf ihrerseite waren also man hat sozusagen
ein massaker an der eigenen bevölkerungbegangen das hat sich wildungen nicht entzogenauch
wenn das nicht in aller klarheit aussprichtaber in bordeaux sieht Hölderlin  mehr als das dunkle der revolutioner ist
gerade zwei monate in der stadt als der große frieden zwischenfrankreich
und england geschlossen wird der auch die englischen seeblockade derfranzösischen
häfen beendet in bordeaux öffnet sich Hölderlin  eine über denhandel verbundene international
effekter
sei an den ufern wohl ein sehr geschäftiges handels treiben schiffewurden
wie und entladen eine vielfarbige menschenmenge neugierige gaffer flaneureund
dann natürlich das einfache volk die hafenarbeiter träger die musical undweinfässer
entladensein
arbeitgeber ist der weinhändler und hamburger konsul daniel christoph meyerlogiert
am plastik ironie in bester lage Hölderlin  scheinen die neue stelle unddie
neue stadt zu gefallen er war gut aufgehoben fühlte sich in derfranzösischen
sprache bewegen vielleicht war das für ihn auch mal schön und dannin die
nähe des meeresin
seinem gedicht andenken findet sich eine heiter wehmütige erinnerung andiese
zeit und an eine landschaft die Hölderlin  tief beeindruckt haben mussdorte
der luftigen spitz und trauben werden wo herab die dort kommt undzusammen
der prächtigen mehr breit aus geht der stromes ist erstaunlich eigentlich das
gedicht dadurch dass wir nicht vielwissen über seine zeit in bordeaux sind wir auf
so ein text angewiesenund der ist so ganz licht und versöhnlich und das
wundert eigentlichweil man denkt müsse doch in der situation wo er
so zerrissen war müsseer doch eigentlich da vielleicht keine gute zeit
gehabt habendort
an der luft den schweizer bergen wo er ab die dordogne kommt die torturzusammen
mit der prächtigen garonne mehr breit aus geht der stromer beschwört die nordost wind ist
beschreibt den zusammenfluss vongarantieren und in mündung evoziert den mythos
atlantik der zweifellos besondersdie briten hat träumen lassendie hymne andenken öffnet sich über
den strom hinaus in den atlantik hinaus indie welt die fremde ist Hölderlin  sounverzichtbar wie das heimatlich vertrautdenkt
über diesen kontinent hinaus das hat viel mit diesem zeitalter zu tun unddem die
community endgültig erkundet werden und nachricht herein kommen vonden
äußersten enden südamerikas und asiens insofern hat er vermutlich schonidee
würden heute sorgen der globalisierung höheren denn das fremdeheilig
und das heilige ist wiederum dass unbekannte das wir aber kennen solltendie
fans zugänglich machen sollten ein allzu enges vaterland ist gefährlichsagte
auch eine einigungsstelle und diese ausweitung des horizonts hat auchmehr
politischen zeit erfahrung zu tun das ist universal den gibt wie diemenschenrechte
zum beispiel und etwas weltgeschichte ist also die ganzemenschheit betrifft unberührt ist
ja alle aufeinander angewiesen wir jetzterst recht erfahren durch die wirtschaft wir sind
jetzt eine enkel dieglobalisierte menschheit und keiner sich auf dem
rücken der anderen auch ausruhendarf dieser humanismus der der blitz bei ihm
schon überall aufes nimmt aber und gebt gedächtnis dieseund die lieb auch heftet fleißig
die augen was bleibet aber stiften diedichterder stachel nach nur vier monaten verlässt Hölderlin  das haus des konsulsüber die gründe seiner rückreise
kann die nachwelt nur rätselnes mag zu differenzen mit seinem arbeitgeber
gekommen seiner
mag erfahren haben dass seine einstige geliebte suzette contra infrankfurt
schwer krank ist womöglich im sterben liegtgesichert ist am 10 mai 1802 lässt Hölderlin  sich einen pass von bordeauxnach
straßburg ausstellen wieder ist er über weite strecken zu fuß unterwegsich
glaube da sind ihm langsam aber sicher das bewusstsein aufgefallen istdass er
auf seine strecke kommt und da so das wusste oder ahnte und frankreichder
höhepunkt dieser entwicklung war dass er sich die konsequenz diesen wegzu
gehen aber abverlangt hatdass er zugleich aber noch mal einen neuen auftrag
gehört hat das letztestadium seiner technischen arbeiten gehe jetzt
nicht auszureichen auch nicht mehrzu fragen wo wir überhaupt fast zu ende bringt
noch die letzte radikalität eswar ja immer so protestantisch radikaldieses
manische wandern dann umherlaufen kennt man ja als vorgeschichte oft derpsychologe
tja dann dem sogenannten ausbruch vor aus bordeaux parisstraßburg es ist belegt das Hölderlin  am 17 juni1802 die rheinbrücke bei kehl überquert nach noch
einmal zwei wochen ist erzurück in seiner heimat in angeblich so
verwahrlosten und verwirrtem zustanddass freunde ihn kaum wieder erkennenwir
haben schockierende zeugnisse das Hölderlin  völlig abgerissen nervösgeängstigt verträgt wieder in
deutschland ankam fast unfahrbar waraggressiv kehrt dann komplett es veränderte
wieder ins elternhaus zurückdann ist nicht mehr derselbewohl im juli erreicht in die
nachricht vom tod suzette contras Hölderlin  zieht sich zurück schließt sich ein wochen-
monate- spricht kaummit jemandem seine verfassung muss erschreckend
gewesen seinaber
er schreibtdie
arbeit wird von der mutter auch gegenüber anderen so geschrieben dass erviele
nächte auf mit der überarbeitung seiner großen werkegedichte gesängen zugebracht hat
und sich gar nicht geschont hat das warerfolgreiches arbeiten also die revolution ist
gescheiterte liebe istgescheitert die hof lehrerstellen sind rein
praktisch gescheitert er ist derrelativ allein halt was keiner daraus machen und
daraus entwickelt sichtatsächlich eine wirklich neue poetische
konzeptionwie
in allen seinen krisen spiegelt sich Hölderlin s seelischer zustandliterarisch in seinem werk setzen
sich zunehmend begriffe wie einsam kaltklanglos sprachlos und eisern durch es ist genau
die zeit in der es plötzlichkühl wird um ihn bemerkt quasi in allem und den
umschwung auch gleichsam in dernatur die kälte bricht ein das klärt bezieht auf
einmal bilanzhälfte
des lebens ist ganz konkret gemeint nicht wenn ihr wo nämlich wennes
winter ist die blumen und wo den sonnenschein und schatten der erdehälfte
des lebens ist eines von neun gedichten die Hölderlin  selbst als nachtgesänge bezeichnet er schreibt es
wohl im jahre 1803 im alter von 33 jahrenman hatte damals glaube ich die vorstellung 33
ist etwa die hälfte ringman ist so hoch geklettert und von jetzt ab wird
man endlos in die tiefe stürzendas ist atemberaubend wie er selber sozusagen
sein schicksal wahrnimmt unddann auch schon vorwegnimmt das kommende ein sehr
privater text auch quasi fürsein leben in denen ich ein prophetischer text
das ist entstanden inder hälfte seines lebens und danach kam die
zweite hälfte im turnier wo nämlichwenn es winter ist die blumen den sonnenschein im
schatten der erdedie mauern stehen sprachlos und kalt in weende klären die fahnendieses
gedicht ist eines wo er noch einmal geschafft hat alle kräftezusammen
zu nehmen und einen text zu schreiben der einerseits schon völligmodernes
erst frei rhythmisch und er ist aber noch sind taktisch intakt unddanach
bricht es auseinanderweder isaac von sinclair am 19 juni 1804 holt der
freund Hölderlin
 in nürtingen ab er verschafft
ihm eine gut dotierte stelle alsbibliothekar im schloss zu bad homburg Hölderlin s
seelisch desolate zustand sollte sich nicht verbessern aber in badhomburg
einer ohne finanziellen druck schriftstellerisch ab er hat glaube ichin
hamburg eine welt über sich gemacht was ich bisher geschrieben habe was ichnoch
tun sollte klingt so ein bisschen wie eine selbstbilanz ich glaube wirklich dass er
noch einmal sehen wollte wer bisher war undwas er vielleicht noch leisten könnenes ist
eine sammlung handschriftlicher gedichte von entwürfen und fragmentendas
homburger folio heft 23 beidseitig beschriebene doppelpackes gewährt einen konkreten einblick
in das schaffen des dichters während dieserjahre nur wenige gedichte im heft sindabgeschlossen
darunter die hymne hat mussda ist und schwer zu fassen der gott wo aber
gefahr ist wächst dasrettende auch im finstern wohnen die adler und
furchtlos gehen die söhne deralpen über den abgrund weg auf leicht gebauten
brückenmeine
these zu dieser ungeheuerlichen phase ab 1802 wo sich das denn schreibenverändert
wo er in einer völlig neuen form und exaltierten und und ebenatmenden
form zu dichten zu schreiben beginnt denke ich hängt zusammen mit miteinem
bewusstsein nicht mehr viel zeit zu haben dass der duktus ja auch immerkürzer
drängten verdichteter wird wie er die sprache bricht wir fragen ein bautseine
übergänge schafft eine ganz neue art von lesen auch vorbereitet es hat jafast
noch mal 100 jahre gedauert bis diese dichtung als dichtung erkennbarwar der
fels ist zweite gut das trockene zu trank das nasse aber zu speisen willeiner
wohnen so sei es an treppen und wo ein häusleinhinab hängt am wasser halte dich
auf und was du hast ist atem zu holenwälder landschaft nie dagewesene suggestive
sprachbilder nimmt sich dabeidie freiheit zu immer neuen entwürfen
überarbeitet werke der längstabgeliefert hat aus heutiger sicht ist das der
durchbruch zur moderneweil er eben einfach auch und damit ist der
emittent modernen sich zum fragmentbekennt nicht mehr abschließen muss nicht mehr
abschließen will nicht mehrdie korrekte geschlossene form herstellen will
sondern das zerbrocheneauch stehen lassen kann ganz einfach weil eben
auch etwas zerbrochen ist inseiner wahrnehmungfindlingen gleich des frühlings
einen rahmen grunde des heimes wiederkehrendfremde fittiche ausruhen in
einsamkeitund
ein palm tags stauten wohl luft mit sommervögelzusammen kommen die bienenund
deinen alpen von gott geteiltdie echos fahren immer noch in seinem kopfes gab
es phasen wo er geradezu manisch dann schreibt alles in kurzer zeitniederschreiben
muss es muss raus weil schon wieder das nächste drängt daswollte er da also dass das war sein
ziel auch in so eine lebensform rein zukommen also in diese ekstatischen besonderen
zustände beim beim dichtenalso der so eine art nüchternen rausch das heilig
nüchternes
ist zu ehren ein heiliger wildnis und ein erneuter ein guter geist der wasserdie das
heimatliche land mir ihremim frühjahr 1805 verschlechtert sich sein
seelischer zustand dramatischzudem kommt es zu einem verhör Berlin
zutiefst bedrohlichen ereignis in Berlin nimmt zusammen mit dem noch immer
republikanisch gesinnte isaac von zehnclaire an einem konspirativen griffen teil bei
dem angeblich ein attentat aufden kurfürsten geplant wird das treffen wird
verratensinclair
unter anklage auf hochverrat in den kerker geworfen Hölderlin  weiß auch er steht auf der liste der gesuchten
verschwörer sinclairverhaftet wurde hat die natürlich entsetzter
wollte nicht dazugehören und keiner von denen sein die morgen vielleicht imgefängnis
lang und der ausruf ich will keinen jacobs sein spricht ja dafür dasser
angst hat vor politischen oder strafrechtlichen konsequenzenlautstark
soll Hölderlin  in den straßen bad homburg seiner
republikanischen
gesinnung abgeschworen habender landgraf versucht den dichter zu schützen ein
wohlwollen desmedizinisches
gutachten bestätigt dass sein wahnsinn in raserei übergegangenist
dies verhindert weitere ermittlungen Hölderlin  entgeht einer verhaftung nicht aber seinem
abtransportda
ist es schwer zu fassen wo aber gefahr ist wächst das rettendeauchdas
wird keiner entscheiden können ob wilde leben zu dem zeitpunkt nochpolitische
ängste hatte ich glaube dass ein zustand so schon schlimm genug warund
dass er wusste egal an welche macht das er ausgeliefert ist und ausgeliefertwird am
15 september 1800 sexuellen in die psychiatrische abteilung der klinikin Tübingen
gebrachtnach
231 tagen wieder entlassen mit der prognose höchstens noch drei jahreer
kommt zur pflege in die familie des tübinger schreiners zimmer und findetdort
fürsorglicher aufgabedieses ende im turm ist ja eigentlich ein
glückliches ist ein happy end dennland nicht im kerker landet nicht in irgend einer
irrenanstalt angekettet erlandet in einer liebevollen umgebung diese
familie die ihn pflegt nicht dreijahre sondern mehr als drei jahrzehnte lebt Friedrich
Hölderlin  und tübingerturm die hälfte seines lebens den
berichten der familie zimmer ist zuentnehmen dass er im laufe der jahre ruhiger
geworden istich
glaube dass heute in seine situation weitgehend verstanden hat dass erverstanden
hat hier kein gefangener zu seindas war auch im schutzraum wo er vor anderen und
vor sich bewahrt werdenkonnte trotz allen beruflichen misserfolgs trotz
aller persönlichen undpolitischen erschütterungen Hölderlin  hat an seiner vision forstgarten erwollte
wegbereiter sein er wollte dichter sein unbedingt auch wenn dieserlebensweg
ihn am ende in die isolation führt august verteidigen was Hölderlin  da getan hat dass der campus
bleiben das ist dichtungs projekt mit demallerhöchsten lebensrisiko36 jahre verbringt Hölderlin  in seinem zimmer im turm über dem Neckar
gedichtedie
er vor seiner verbringung nach Tübingen verfasst hat weiß er als einwerk zu
identifizieren aber er weigert sich noch Hölderlin  zu seinseine rolle ist nun eine andere und die spielt er
bis zum sie kennen siesind schon von mir die Gedichtedabei
fehlen dahin bin ich nicht so habe ich nie geheißen



Maravilloso!

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Emil Cioran:

“Sin Bach, la teología carecería de objeto, la Creación sería ficticia, la nada perentoria. Si alguien debe todo a Bach es sin duda Dios.”




 

Torero der Nacht de Novalis Band

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Es steht vorm Spiegel

braune Augen, schwarzes haar

im Gesicht wildes Wasser

männlich, sinnlich und stark

 

Er geht aus

wie fast jede Nacht

in seine dancingbar

und macht Frauen an

verschenkt sein herz

in unwiderstehlicher Art

und liest ihnen jeden Wunsch

von den Augen ab

 

Torero del Liebe, Torero der Nacht

in seiner disco-arena ist er unbesiegbar

er Kämpf mit longdrinks, mit worten

und sehr viel Charme

 

Geschichten erzählt er

mal gelogen, mal wahr

sie fühlen sich bei ihm geborgen

er ist ihr Traum von Mann

und beim tanzen

werden die meisten schwach

er küsst sie Heiß

sie fallen in seinen arm

und der morgen rückt näher

sie sieht ihren Mantel an

er zahlt diskret

beide verschwinden Hand in Hand

 

Torero del Liebe, Torero der Nacht

in seiner disco-arena ist er unbesiegbar

er Kämpf mit longdrinks, mit worten

und sehr viel Charme

auch wenn er alleine geht

gibt es ein nächstes Mal


Traducción:


Está frente al espejo

ojos marrones, cabello negro

agua salvaje en la cara

masculino, sensual y fuerte


Él sale

como casi todas las noches

en su barra de baile

y enciende a las mujeres

regalar su corazón

de una manera irresistible

y los lee todos los deseos

de los ojos


Torero del amor, torero de la noche

es invencible en su arena disco

pelea con tragos largos, con palabras

y mucho encanto


El cuenta historias

a veces una mentira, a veces es verdad

se sienten seguros con el

él es su sueño de hombre

y mientras bailas

la mayoría de ellos se debilitan

la besa caliente

caen en sus brazos

y el mañana se acerca

ella mira su abrigo

el paga discretamente

ambos desaparecen de la mano


Torero del amor, torero de la noche

es invencible en su arena disco

pelea con tragos largos, con palabras

y mucho encanto

incluso si va solo

hay una próxima vez

Hölderlin: la poetología como modo de vida (Daniel Rocha)


POESÍA Y NATURALEZA - FRIEDRICH HÖLDERLIN

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POESÍA Y NATURALEZA - FRIEDRICH HÖLDERLIN


Traducción y texto introductorio: David Alvarado Archila
                                            
Johan Christian Friedrich Hölderlin nació el 20 de marzo de 1770 en Lauffen am Neckar, una ciudad ubicada al sur de Alemania. En 1788, Hölderlin ingresó al Tübinger Stift, el seminario de Tubinga fundado por el duque de Ulrich en 1536 y cuya enseñanza está a cargo de la iglesia protestante. Allí, el poeta entabló amistad con Hegel y, posteriormente, con Schelling, compañeros con los que debatió sobre los textos de Spinoza, Kant y Fichte. Por su parte, durante la década de 1790, Hölderlin se graduó como magister del seminario de Tubinga; publicó sus poemas en varias revistas y, a través de la intercesión de Friedrich Schiller, logró obtener el puesto de preceptor en Walterhausen, así como publicar, en 1794, un fragmento de la novela Hyperion en la revista Thalia.
Durante la segunda mitad de esta década, Hölderlin viajó a Jena y trabajó como preceptor de la familia Gontard desde 1795. Allí, el poeta conoció a Susette Gontard, de la que se enamoró profundamente. Los años con la familia Gontard fueron productivos para Hölderlin: en 1797, apareció el primer tomo del Hyperion. Además, Hölderlin conjugó el trabajo en el segundo tomo de la novela (que apareció en 1799) con el plan de elaboración de una tragedia: La muerte de Empédocles.  En 1798, y a raíz de la relación con Susette Gontard, Hölderlin abandonó su trabajo como preceptor y emprendió algunos viajes por Fráncfort, Homburg, Stuttgart y Suiza, a los que acompañaron los trabajos en las versiones de su tentativa de tragedia y algunas traducciones, específicamente, de Píndaro y de Sófocles.
Entre 1800 y 1802, Hölderlin estuvo en Stuttgart y, luego, en Homburg. En esta época comenzaron a aparecer los síntomas de su enfermedad, mientras trabajaba en las traducciones de  Edipo rey Antígona.  Dichas traducciones aparecieron en 1804, pero la reacción a esta publicación no fue la mejor. Por ejemplo, Goethe y Schiller se rieron a carcajadas al oír los coros de Antígona, mientras Hegel y Schelling, sus viejos amigos, vieron las traducciones como la evidencia de la locura del poeta.
En 1806, Hölderlin fue ingresado a una clínica psiquiátrica de Tubinga. Una vez allí, fue declarado enfermo mental incurable y fue recluido en una habitación de la torre del carpintero Zimmer. Durante este periodo de su vida, el poeta  continuó escribiendo, a pesar de que se le daba poco papel, pues se creía que escribir podría alterar su estado mental. Además, daba largas caminatas y tocaba el piano que estaba en su habitación. El poeta murió el siente de junio de 1843, tras 37 años en la torre.
Ahora bien, para hablar de la naturaleza en la obra de Hölderlin, es necesario tener en cuenta otro concepto: el arte. De manera similar a lo planteado por Schiller en las Cartas sobre la educación estética (1795), Hölderlin considera que existe una contraposición entre el arte (die Kunst) y la naturaleza (die Natur). Para el poeta, la naturaleza se asocia con lo que él denomina como lo aórgico (aorgisch) en el Fundamento para el Empédocles (1794-1804), esto es, “d[a]s Unbegreiflichen, d[a]s Unfühlbaren, d[a]s Unbegrenzten” [lo incomprensible, lo no sensible, lo ilimitado] (StA, 4,1, 153, L. 4-5). Por su parte, el arte se relaciona con la capacidad de reflexión y con la actividad autónoma.
Entre estos dos extremos se encuentra el hombre, a quien el poeta concibe como un ser orgánico, artístico (künstlich) y, por tanto, reflexionante. Según Hölderlin, al enfrentarse a la naturaleza, el hombre puede relacionarse con ella mediante la sensación o mediante el conocimiento. A través de la primera vía, el hombre le otorga el sentimiento de perfección (das Gefühl der Vollendung) a la naturaleza, al concebirla en la vida como lo meramente aórgico.
No obstante, el hombre puede conocer la naturaleza cuando transgrede sus propios límites y desequilibra la relación entre la consciencia (Bewustsein), la reflexión (Nachdenken) y lo que el poeta denomina como la sensibilidad física (physische Synnlichkeit). Con esta trasgresión, se presenta una unión entre la naturaleza y el arte en el hombre. Además, esta unión de los opuestos en el hombre implica la muerte de la individuación debido a que, según Hölderlin, la naturaleza se hace más orgánica a través de la acción del hombre, mientras que el ser humano adquiere algo de lo aórgico de la naturaleza.
Para esta traducción, he escogido once poemas de todas las etapas poéticas de Hölderlin. En los primeros, se puede encontrar una idealización de la naturaleza, contrapuesta a los sentimientos de la voz poética. Considero que estos primeros poemas pueden contribuir a ampliar o a ejemplificar la noción de lo aórgico que Hölderlin formuló en el Fundamento para el Empédocles. A estos, los suceden tres poemas en los que se evidencia la relación entre la figura del poeta y la naturaleza. El primer poema presenta una crítica a los poetas hipócritas, mientras que el segundo se puede denominar como prescriptivo, en tanto que la voz poética se dirige a los jóvenes poetas. El tercer poema tiene como figura central a Empédocles, poeta y filósofo. A éste, Hölderlin lo concibe como héroe de su tragedia y como el resultado de “gewaltige[n] Entgegensezungen von Natur und Kunst” [violentas oposiciones entre la naturaleza y el arte]  (StA, 4,1, 154, L. 26- 27).
Por lo demás, incluyo cuatro poemas de la época en la que Hölderlin estuvo recluido en la torre de Tubinga. Estos poemas suelen ser considerados por los críticos como estampas o poemas de estación y, usualmente, van acompañados de fechas que no necesariamente corresponden a la fecha de composición, así como del nombre Scardanelli (nombre que adoptó el poeta en algunos poemas de esta época). Finalmente, para esta traducción utilicé la Grosse Stutgarter Ausgabe, la edición de Stuttgart, que apareció en Alemania entre  1943 y 1985.

Referencia bibliográfica
Höldelrin, F. (1943-1985). Sämtliche Werke. Friedrich Beißner, Adolf Beck y Ute Oelmann (eds.). Alemania: Grosse Stuttgarter Ausgabe.

A LA NATURALEZA

Cuando aún jugaba alrededor de tu velo,
aún estaba adherido a ti como una flor,
aún sentía tu corazón en cada sonido,
el corazón que rodeaba mi corazón tierno y tembloroso.

Cuando rico, como tú, me erguía ante tu imagen
aún con fe y añoranza, aún encontraba un lugar
para mis lágrimas, un mundo para mi amor.
Cuando mi corazón se encaminaba hacia el sol,
como si él percibiera sus tonos,
y cuando llamaba a las estrellas sus hermanas
y, en la primavera, la melodía del dios.

Cuando en el aire, que mueve el soto,
tu espíritu, tú espíritu de la alegría,
aún hacía surgir tranquilas olas  en el corazón,
los días dorados me rodeaban.

Cuando en el valle, donde la fuente me refrescaba,
donde los arbustos proporcionaban el verde
a la tranquila pared rocosa
y el éter aparecía a través de las ramas.
Cuando allí, en el valle, rociado por flores,
yo tomaba su aliento tranquilo y ebrio
y descendía hacia mí la dorada nube desde las alturas,
rebosante de luz y de brillo-

Cuando iba lejos entre los brezos desnudos,
donde resuena el titánico canto de las corrientes,
provenientes del regazo de desfiladeros oscuros,
cuando me rodeaba la noche nublada
y me conducía a lo largo de las montañas,
y en torno a mí volaban las flamas del cielo,
¡allí aparecías tú, alma de la naturaleza!

Con frecuencia, con ebrias lágrimas y ebrio amor,
me perdía en tu abundancia, ¡bello mundo!,
como anhelan perderse las corrientes en el océano,
tras un largo trasegar.
¡Ah!, cuando me precipitaba desde la soledad del tiempo
hacia los brazos del infinito, junto con todos los seres,
como un peregrino se precipita a la casa paterna.

Sed bendecidos, dorados sueños de la niñez.
Vosotros me ocultasteis la pobreza de la vida,
criasteis el buen germen del corazón;
lo que nunca conseguí, ¡vosotros lo proveíais!

¡Oh, naturaleza!, en la luz de tu belleza se revelan,
sin esfuerzo ni violencia, los reales frutos del amor,
como las cosechas en la Arcadia.

Ahora, está muerta la que me amamantó y me educó.
Ahora, está muerto el mundo juvenil,
este pecho, que una vez sentía un cielo,
muerto y mísero, como un campo de rastrojos.
¡Ah!, aún canta la primavera de mis penas,
como antaño, una canción alegre y consoladora,
pero rota está la mañana de mi vida,
la primavera de mi corazón se marchitó.

Eternamente, debe vivir en la miseria el amor más querido,
lo que amamos es solo una sombra.
Cuando los sueños dorados de la juventud murieron,
murió para mí la naturaleza amigable.
Pobre corazón, en los días alegres no  experimentaste
estar lejos de la patria. Pobre corazón, nunca podrás encontrarla,

si un sueño de ella  no te basta.

NATURALEZA Y ARTE O SATURNO Y JÚPITER

Reinas sobre el día y tu ley florece,
¡tú sostienes la balanza, hijo de Saturno!
Distribuyes la suerte y descansas en la fama
de las inmortales artes soberanas.

Pero, se dicen los cantores, expulsaste
al viejo padre, al tuyo, hacia el abismo
y se lamenta en las profundidades,
donde están los salvajes por tu justicia,

el inocente que hace tiempo fue dios del
tiempo dorado: alguna vez sin esfuerzo y tan grande como tú,
aun cuando ya no pronunciaba ninguna ley
y ningún mortal lo invocaba por su nombre.

¡Baja o no te avergüences de agradecer!
Y si quieres permanecer, ¡sirve al anciano
y no lo envidies cuando el cantor lo nombre
ante todos, hombres y dioses!

Pues así como tu relámpago surge de las nubes,
de él proviene lo que es tuyo, ¡mira!, de  él proviene
lo que tú repartes, y de la paz de Saturno
ha crecido todo el poder.

Y en solo mi corazón sentí y entreví
lo vivo a lo que dabas forma
y creía dormido de manera placentera
al tiempo cambiante:

¡luego te conocí, Cronión! Luego, te oí,
oí al sabio maestro; un hijo del tiempo,
como nosotros, que dicta leyes
y promulga lo que alberga
el sagrado crepúsculo.

CANTANDO BAJO LOS ALPES 

¡Sagrada inocencia familiar y amada
por los hombres y los dioses! Te gusta
estar en casa o afuera, sentada
                                      a los pies de los ancianos,

siempre llena de alegre sabiduría; pues el
hombre conoce lo bueno, pero se asombra
ante el cielo como un animal. ¡Mas cuán puro es todo
                                      para ti, que eres pura!

¡Mira! El tosco animal del campo te sirve con gusto
y confía en ti; el bosque mudo te dice
sus sentencias como antaño;
                                     las montañas te instruyen

mandamientos sagrados, y las innumerables experiencias
que aún el gran padre no nos quiere revelar, solo a ti te está
permitido predecírnoslas con claridad.

No deseo ni conozco nada más feliz que
estar así, a solas con los celestiales, con la mirada
fija en ellos, mientras fluye la luz, la corriente y el viento,
y mientras el tiempo pasa,

hasta que me arrastre fuera la marea,
como al sauce, levantado y dormido
                                    entre las olas.

Mas en casa permanece con gusto quien mantiene
lo divino en su pecho fiel. Y en tanto me sea permitido,
quiero interpretaros y cantaros a todos vosotros libremente,
                                                         ¡lenguajes del cielo!

LOS ROBLES 

Vengo desde el jardín hacia vosotros, ¡hijos de las montañas!
Del jardín, donde vive la naturaleza familiar y paciente,
cuidadora y vuelta a cuidar junto a los hombres laboriosos.
Mas vosotros, ¡grandiosos!, estáis como un pueblo de titanes
en el mundo domesticado y sólo os pertenecéis a vosotros, al cielo,
que os alimenta y os educa, y a la tierra de la que nacisteis.
Ninguno de vosotros ha asistido a la escuela de los hombres
y crecéis  alegres y libres desde vuestras fuertes raíces hacia arriba,
no debajo del otro;  agarráis el espacio  con brazos violentos,
como el águila a su botín, y vuestra copa soleada
se orienta alegre y grandiosa hacia las nubes.
Cada uno de vosotros es un mundo. Vivís como las estrellas del cielo;
cada uno un dios, juntos en una libre alianza.
Si yo pudiese soportar la servidumbre, nunca envidiaría
este bosque y me ajustaría a la vida en sociedad.
Y si el corazón, que no se aparta del amor,
no me atara a la vida en sociedad,
¡con cuánto gusto viviría entre vosotros!

POETAS HIPÓCRITAS 

¡Vosotros, fríos hipócritas, no habléis de los dioses!
¡Vosotros tenéis entendimiento! No creéis en Helios,
ni en el dios del trueno, ni en el de los mares.
La tierra está muerta, ¿a quién le gustaría agradecerle?-

¡Tranquilizaos, dioses! Vosotros aún adornáis la canción,
aunque el alma haya desaparecido de vuestros nombres,
y cuando se necesita una palabra significativa,
¡madre naturaleza!, uno recuerda tu nombre.

A LOS JÓVENES POETAS 

¡Queridos hermanos! Quizá nuestro arte madure,
tras una larga fermentación similar a la de la juventud,
y pronto llegará a la calma de la belleza.
¡Sed piadosos, como lo eran los griegos!

¡Amad a los dioses y pensad amablemente en los mortales!
¡Odiad la ebriedad tanto como la frialdad! ¡No describáis,
ni aleccionéis! Si os atemoriza el maestro,
pedid consejo a la gran naturaleza.

EMPÉDOCLES 

Tú buscas la vida, la buscas, y brota y arde
un fuego divino para ti desde lo profundo de la tierra.
Tú te arrojas hacia abajo, a las llamas del Etna,
con ansía estremecedora.

Así, la arrogancia de la reina mezcla perlas
en el vino, y ¡cómo le gustaría que tú , poeta,
no hubieras sacrificado tu riqueza
aquí, en el cáliz hirviente!

Pero eres sagrado para mí, como el poder de la /tierra
que te arrebató, ¡muerto osado!
Y yo quisiera seguir al héroe en la profundidad,
si el amor no me detuviera.

LA PRIMAVERA 

Cuando se ve nuevamente la luz de la tierra,
el verde valle alumbra por la lluvia de la primavera y, alegre,
desciende el blanco de las flores sobre la corriente clara
después de que un día sereno declina para los hombres.

La visibilidad se beneficia de claras distinciones,
el cielo de la primavera está con su paz
para que el hombre pueda observar el encanto del año sin ser molestado
y atienda la perfección de la vida.
Con humildad
Scardanelli

15 de marzo de 1842

EL VERANO 

Cuando desaparecen las floraciones de la primavera,
allí está el verano que se desliza por el año.
Y como el arroyo desciende por el valle,
así irradia el esplendor de las montañas.

Que casi siempre el campo se muestre con esplendor,
es como el día que tiende hacia la tarde;
así como  el año permanece, así son las horas del verano
y, con frecuencia, las imágenes de la naturaleza
desaparecen para los hombres.

24 de mayo de 1778
Scardanelli

EL OTOÑO

Las leyendas del espíritu que fue y ha vuelto,
las que se han alejado de la tierra,
vuelven a la humanidad y mucho aprendemos
del tiempo que se apresuraba y se consumía.

Las imágenes del pasado no han sido abandonadas
por la naturaleza. Así como se desvanecen los días
en el cenit del verano, retorna el otoño a la tierra. Una vez más,
el espíritu de los aguaceros se encuentra en el cielo.

En poco tiempo, mucho ha terminado.
El campesino, que araba,
ve cómo el año tiende hacia un final feliz.
En tales imágenes, se completa el día del hombre.

La redondez de la tierra, adornada con rocas, no es
como la nube que se pierde en la tarde,
sino que se muestra con un día dorado
y la perfección es sin tacha.

24 de mayo 1778
Scardanelli

INVIERNO 

Cuando se ha perdido el follaje de las llanuras,
cae el blanco sobre el valle,
pero el día resplandece por agudos rayos solares,
la fiesta de los estados resplandece desde las puertas.

Es la calma de la naturaleza, el silencio del campo
es como la espiritualidad del hombre y las diferencias
se muestran tan grandes, que conforman la gran imagen
que muestra la naturaleza, en vez de la clemencia de la primavera.

25 de diciembre de 1841

El humilde Scardanelli
Noticia biográfica
David Alvarado Archila (1989) es profesional en Literatura con énfasis en Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana, máster en Literatura de la Universidad de los Andes y traductor. Ha sido librero, profesor y, actualmente, trabaja como gestor de evaluación en el Centro de Español de la Universidad de los Andes.

Poemas de Heym en español varios traductores

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POEMAS DE GEORG HEYM


(30 de octubre de 1887, Jelenia Góra, Polonia - 16 de enero de 1912, Berlín, Alemania)

Después de la batalla


En los sembrados yacen apretados cadáveres,
en el verde lindero, sobre flores, sus lechos.
Armas perdidas, ruedas sin varillas
y armazones de acero vueltos del revés.

Muchos charcos humean con vapores de sangre
que cubren de negro y rojo el pardo campo de batalla.
Y se hincha blanquecino el vientre de caballos
muertos, sus patas extendidas en el amanecer.

En el viento frío aún se congela el llanto
de los moribundos, y por la puerta este
una luz pálida aparece, un verde resplandor,
la cinta diluida de una aurora fugaz.
Versión de Jenaro Talens
"Tres poetas expresionistas alemanes" Ediciones Hiperión 1998
  

Duermevela


La tiniebla cruje como un vestido,
los árboles vacilan en el horizonte.

Refúgiate en el corazón de la noche,
excava dentro de la oscuridad un escondrijo
como la abeja en el panal. Hazte pequeño,
baja de tu yacija.

Algo desea atravesar los puentes,
piafa curvando las pezuñas,
descarriadas, empalidecen las estrellas .

Como una anciana la luna se mueve
de un lado para otro
con el lomo encorvado.
Versión de Jenaro Talens

Ofelia


I
Ratas de agua anidan en su pelo,
y anillos en sus manos, que como aletas son
sobre las olas; nada en la sombría
selva grande que en el agua reposa.

El sol postrero que va errante y a oscuras
se hunde profundamente en su cabeza.
¿Por qué murió? ¿Por qué tan sola nada
sobre el agua que enreda los helechos?

El viento acecha en los espesos juncos
como mano que espanta los murciélagos.
Húmedos por el agua, con sus alas sombrías
en el oscuro río se alzan como humo,

como nocturnas aves. Largas anguilas blanquecinas
sobre el pecho resbalan. Una luciérnaga aparece
en su frente. Sus hojas llora un sauce
sobre ella y su pena silenciosa.
II
Granos. Sembrados. Y el rojo sudor en la mitad del día.
Los amarillos vientos de los campos duermen silenciosos.
Ofelia quiere dormir, un pájaro, se acerca.
Le abrigan, blancas, las alas de los cisnes.

Los párpados azules sombrean dulcemente
y entre el aire que brilla en las guadañas
sueña en el carmesí de algún abrazo
sueño eterno en su eterna sepultura.

Pasa, vuelve a pasar. Donde la orilla sueña
con el bullicio de la ciudad, y el río blanco
rompe diques y el eco largamente
retumba. Donde se oye, río abajo,

el son de llenas calles. Repique de campanas.
El silbido de un tren. Lucha. Cae al oeste
sobre cristales empañados una sorda luz crepuscular
en que con brazos gigantescos una grúa amenaza,

tirano poderoso, la frente ennegrecida,
Moloc al que rodean sus siervos de rodillas.
Carga de puentes que atraviesan con pesadez el río
tal si lo encadenaran, dura condenación.

Nada invisible que acompañan las olas.
Pero allí donde cruza ahuyenta multitudes,
con grandes alas, un pesar profundo
que ambas orillas ensombrece a lo ancho.

Pasa, vuelve a pasar. Cuando se entrega tarde a la tiniebla
el alto día oeste del verano,
donde en el verde oscuro de los prados reposa
el cansancio sutil de la tarde lejana.

Lejos la arrastra el río, mientras se hunde
en luctuosos puertos invernales.
Tiempo abajo. Por entre eternidades
cuyo horizonte humea como fuego.
Versión de Ernst Edmund Keil
"Tres poetas expresionistas alemanes" Ediciones Hiperión 1998


Última vigilia


Qué oscuras son tus sienes,
tus manos, qué pesadas.
¿Tan lejos ya de mí
que no me escuchas?

Bajo las llamaradas de la luz
estás tan triste y tan envejecida.
Tus labios cruelmente
crispados en eterna rigidez.

Mañana será ya todo silencio,
y quizá esté en el aire
todavía el crujir de las coronas,
y un olor a podrido.

Pero las noches cada año
se vacían aún más.
Aquí, donde yacía tu cabeza
y ligera fue siempre tu respiración.
Versión de Ernst Edmund Keil
"Tres poetas expresionistas alemanes" Ediciones Hiperión 1998


Umbra Vitae


Adelante se inclinan los hombres por las calles,
contemplando los signos de los cielos,
en donde los cometas, con narices de fuego,
amenazantes se deslizan en torno de las torres.

Los astrólogos llenan los tejados
y clavan en el cielo largos tubos,
y hay hechiceros: brotan de desvanes
retorcidos, a oscuras, conjurando los astros.

Los suicidas andan en grandes hordas
buscando entre la noche su existencia perdida,
encorvados sobre los puntos cardinales,
barriendo el polvo con escobas como brazos pobres.

Polvo que apenas dura,
perdiendo en el camino sus cabellos,
brincan, aprisa mueren
y yacen en el campo con la cabeza rota,

pataleando, a veces, todavía. Y las bestias del campo
alrededor transitan ciegamente y les clavan
los cuernos en el vientre. Se enfrían sepultados
bajo salvias y espinos.

Pero los mares se detienen. Los barcos,
suspendidos en olas, con aflicción se pudren,
dispersos, y no hay corriente móvil
y los patios celestes están todos cerrados.

Los árboles no cambian estaciones,
eternamente muertos en su fin
y abren sus largas manos, sus dedos de madera
por caminos ruinosos.

Quien va a morir se sienta para levantarse
y acaba de decir sus últimas palabras.
Se desvanece de pronto. ¿En dónde está su vida?
Sus ojos se quiebran como el cristal.

Muchos son sombras. Escondidas y turbias.
Sueños que rozan sobre puertas mudas.
Quien despierta agobiado por otras madrugadas
debe quitar la pesadez del sueño de sus párpados grises.
Versión de Ernst Edmund Keil
"Tres poetas expresionistas alemanes" Ediciones Hiperión 1998

 

LOS DEMONIOS DE LAS CIUDADES


(1910)

Recorren la noche de las ciudades,
Que negras se doblegan bajo su pie.
Como barbas de marinero en torno a su mentón
Están negras las nubes por el humo y el hollín.

Su larga sombra se balancea en el mar de casas
Y apaga las hileras luminosas de las calles.
Ella se desliza con dificultad como niebla sobre pavimento
Y lenta anda a tientas casa por casa.

Sobre una plaza ha colocado un pie,
Y arrodillado apoya el otro sobre una torre,
Así se alzan, donde cae negra la lluvia,
Tocando las flautas de Pan en la tormenta de nubes.

En torno a sus pies gira el ritornello
Del mar de las ciudades con música triste,
Un gran canto fúnebre. Ya sordo, ya estridente
Cambia el tono, que se eleva en lo oscuro.

Caminan junto al río, que negro y ancho
Como un reptil, su espalda manchada de amarillo
Por las farolas, se retuerce triste
En la oscuridad, que cubre de negro el cielo.

Se apoyan con dificultad sobre un muro de un puente
Y hunden sus manos en el enjambre
De hombres, como faunos que al borde
De los pantanos hurgan con su brazo en el fango.

Uno se levanta. Cuelga ante la luna blanca
Una máscara negra. La noche, que cae
Como plomo del cielo sombrío, profundamente
Empuja las casas al pozo de lo oscuro.

Crujen los hombros de las ciudades. Y estalla
Un tejado, del que brota un fuego rojo.
Se sientan despatarrados en su cima
Y como gatos maúllan al firmamento.

En un cuarto cubierto de tinieblas
Grita una parturienta con dolores.
Su cuerpo fuerte sobresale enorme de las almohadas,
Y en torno a él, de pie, los grandes diablos.

Se aferra temblando al potro del dolor.
En torno a ella, la habitación oscila por su grito.
Llega el feto. Se abren sus entrañas, rojas y largas,
Y sangrantes las desgarra el feto.

Los cuellos de los diablos se alargan como jirafas.
El niño, sin cabeza. La madre lo tiende
Ante sí. Cae hacia atrás, en su espalda,
Hendidos, los dedos de rana del espanto.

Pero los demonios se hacen enormes.
El cuerno de su sien desgarra rojo el cielo.
En torno a su pezuña, el terremoto truena
Por el seno de las ciudades, propaga el fuego.


EL DIOS DE LA CIUDAD

(1910)

Se sienta despatarrado sobre un bloque de casas.
Los vientos se acumulan sombríos en torno a su frente.
Lleno de furia mira a lo lejos, adonde
En soledad se pierden las últimas casas en el campo.

Desde el atardecer le brilla a Baal su panza roja,
Las grandes ciudades se arrodillan en torno a él.
Las innumerables campanas de las iglesias
Se alzan hacia él desde un mar de negros campanarios.

Como danza de coribantes brama la música
De multitudes por las calles.
El humo de las chimeneas, las nubes de la fábrica
Hacia él se elevan, igual que azulea el aroma de incienso.

La tormenta se inflama en sus cejas.
El oscuro atardecer se adormece en la noche.
Las tempestades revolotean, y como buitres miran
Desde su cabellera que se eriza de cólera.

Él levanta en la oscuridad su puño carnicero.
Lo agita. Un mar de fuego, veloz, recorre
Una calle. Y el vapor ardiente ruge
Y la devora, hasta que tarde despunta la mañana.


LAS CIUDADES

(1911)

Accidentadas calles de ciudades
Que se oscurecen agazapadas en la tarde,
Multitud de perros ladrando en el vacío.
Y sobre los puentes, vimos grandes coches,

Voces temblorosas, traídas por el soplo del viento.
Y ojos redondos nos observaban tristes
Y grandes rostros, sobre los que fluía
La remota carcajada de maliciosas frentes.

Dos pasaron por delante con abrigos amarillos,
Llevaban nuestras cabezas ante sí
Cubiertas de sangre, y en sus mejillas hundidas
Todavía por secarse un último rojo.

Huimos por miedo. Pero un río de blancas ondas
Nos impedía el paso con dientes regañados.
Y tras nosotros, el inflamado sol poniente
Ahuyentaba calles muertas con espada feroz.

Robespierre


Emite unos balidos. Los ojos, fijos
en la paja del carro. Masca unas blancas
flemas que absorbe y traga por los carrillos.
El pie desnudo le cuelga entre dos trancas.

Se sacude el carro. A lo alto lo lanza.
Las cadenas en sus brazos: sonajero.
Unos críos chillan sus risas en chanza;
los alzan sus madres entre el hervidero.

Las cosquillas en la pierna, ni las nota.
El carro para. Y él ve al alzar los ojos,
negro, un cadalso donde la calle acaba.

La frente, ceniza, de sudor rociada.
Una mueca horrible el rostro le deforma.
Se espera un grito. Mas no se escucha nada.


¿Por qué vienes, polillas blancas ...


? ¿Por qué vienes, polillas blancas, tan a menudo para mí?
Las almas de los dea, ¿por qué revoloteas tanto
sobre mi mano? su aleteo a menudo
Leaven luego un pequeño rastro de cenizas.

Tú que
moras cerca de las urnas, en un lugar donde reposan los sueños,
encorvado en sombras eternas, en la tenue extensión
Como en las bóvedas de las tumbas, los murciélagos se
alejan en el tumulto todas las noches.

A menudo no escucho en sueños los ladridos de los vampiros;
Suenan como si la luna sombría se estuviera riendo.
Y veo profundamente en las cavernas vacías
Las velas de las sombras sin hogar.

¿Qué es toda la vida? El breve estallido de las antorchas
rodeadas de sustos distorsionados en la negrura oscura
Y algunos de ellos ya se acercan
y con manos delgadas alcanzan las llamas.

¿Qué es toda la vida? Pequeño recipiente en los abismos
del mar olvidado. Terribles cielos rígidos.
O como en la noche, a través de los campos desnudos, la luz de la luna se
apaga hasta que desaparece.

Ay de aquel que una vez vio a alguien morir,
Cuando en la calma de la fría muerte de otoño
Inadvertidamente se acercó al lecho húmedo del enfermo
y le ordenó que pasara, mientras que como el silbido

y el traqueteo de una tubería de órgano oxidado,
su garganta exhalaba su último aliento con un silbido.
¡Ay de tales testigos! Llevan para siempre
La flor pálida de un horror de plomo.

¿Quién abrirá las tierras más allá de nuestra muerte?
Y quién será la puerta de la gigantesca runa.
¿Qué ven los moribundos que les hace rodar
El blanco ciego de sus ojos tan terriblemente?

Traducido por Reinhold Grimm

Melody movie

German POems translated by William Ruleman

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 SPRING

(by Georg Heym; translated by William Ruleman)

Do you feel in the night the wind’s harsh cries?
Do you see in the clouds that flaming brand?
Do you hear the threat of war in the skies?
Today great Pan takes up command.

Come to the woods, where we long to run
Through the boughs of rose, the sultry nights,
And see the wonder on and on
When Titan rises from the heights.

How lovely you are in lightning’s dance
To the risen god in festive mood
When the spring storm in the mountains pants
And strides through the woodland solitude!


FRÜHLING

(Georg Heym)

Spürst du das Wehen der Winde der Nacht?
Siehst du in Wolken den flammenden Schein?
Hörst du in Lüften das Dröhnen der Schlacht?
Der große Pan führt heute den Reihn.

Komm, in die Wälder wollen wir gehn,
Durch die Schwüle der Nacht, durch Rosengezweigt,
Weiter und weiter das Wunder zu sehn,
Wann der Titan von den Bergen steigt.

O, wie du schön bist im Wettergeleucht
Dem erstandenen Gott zur Feier bereit,
Wenn der Frühlingssturm durch die Berge keucht,
Und der furchtbare Gott durch die Waldung schreit.

Maria Luise Weissmann

ROBINSON CRUSOE FINDS FRIDAY

He stopped when he saw me, his fright-filled eyes immense.
When I saw him, I stood as if turned to stone,
Mid-stride. O heavenly offense!
O well-shaped man! O joy, to be overthrown
By love, by the kindred sight of lips and eyes
And knees and hands and ears and five-toed feet
Like mine . . . This quite familiar form just shies
A bit, then spreads its feet, makes no retreat:
An answer to my call. Sweet melody
Of the human voice! Do I share such pulchritude?
Has God created this playmate for me
Simply to mirror my solitude?

_____________________________

ROBINSON FINDET FREITAG

Er blieb, da er mich sah, erschrocken stehn,
Ich stand, der ihn erblickte, Stein, verblieben
In der Gebärde: himmlischem Vergehn.
O Menschen-Wohlgestalt! O Glück, zu lieben
Im Blick Verwandtes: Auge, Lippe, Knie,
Ein Ohr wie meines, Füße, fünfgespalten,
Und Hände, ganz vertraute Form, wie die
Sich breitend jetzt, der Schritt, nun aufzuhalten
Länger nicht mehr und dort erwidert, scheu…
Antwort jetzt meinem Ruf. O süß Getön
Von Stimme! Schuf mir zum Gespielen neu
Spiegelnd mich Einsamkeit?
Bin ich so schön?!

_____________________________

ON A PACKET OF LETTERS

I picked it up (the faded thing that I
Had long declared deceased) as gingerly
As an ash-filled urn, concerned the dust might fly
When I carried it. Yet still, it burdened me:

Now vanished heavens crashed down shining, streaming;
Temptation, like the serpent once, lisped now;
And long-lost hells returned now, beaming,
Nestling snugly round my cheeks and brow.

And then I watched the flowering flames ascend
The way life burns—hot, livid, naked, red—
And sing like a choir: now this is the end.
We live, we live. But you are dead.

_____________________________

AUF EIN PACKET MIT BRIEFEN

So jahrlang totgesagt, daß ich es hob
Wie eine Aschenurne. Und gefaßt
Daß nicht der Staub aus dem Verblichnen stob
Wollt ich sie tragen. Doch mich bog die Last:

Entschwundne Himmel brachen strahlend nieder
Versuchung lispelte wie einst die Schlange,
Verlorne Höllen kehrten lächelnd wieder
Und schmiegten sich vertraut um Stirn und Wange.

Und alle brannten wie das Leben brennt
Und waren feurig-blühend, nackt und rot,
Und sprachen chorweis; dies nun ist das End.
Wir leben, leben. Aber du bist tot.

_____________________________

DON QUIXOTE STRUGGLES WITH GOD

(by Maria Luise Weissmann; translated by William Ruleman)

When you should bless me, what does it avail,
Colossal one, that you should lash and flail
Me; that your power, blesséd one, should fail
Me; that your breath, angry one, should leave me pale?

Now I’m lying somewhere. And I’m little more
Than dust in the dust past recognition, poor
And small. And your great eye wanders o’er
This desert spot where I’ve been cast ashore.

I’ll not forsake you, though, because, when you
Deny me other struggles, Pure One, heed:
I’ll call you up in puddles mirroring you;

I’ll fight with you, my only foe; and when
The dust chokes me, you do. With each deep need,
I seize you, Lord. You bless me then.

_____________________________

DON QUICHOTE KÄMPFT MIT GOTT

Da Du mich segnen sollst, was frommt Dir dies,
Daß Deine Hand, Gewaltger, mich verstieß,
Daß Deine Kraft, Gesegneter, mich ließ,
Daß mich Dein Atem, Zürnender, verbließ?

Nun lieg ich irgendwo. Und ich bin nicht mehr
Als Staub im Staube, unerkennbar, sehr
Gering. Und schweift Dein großes Auge her
Auf meine Stätte, trübt sichs wolkig leer.

Ich aber laß Dich nicht. Da Du verneint
Mir ändern Kampf, sieh, Reiner, her: ich bot
Dich auf, in Pfützen spiegelnd, kämpfe, Feind
O Einziger mit Dir: Du würgst mich wenn

Der Staub mich würgt. In jede ärmste Not
Reiß ich Dich Gott: Du segnetest mich denn.

_____________________________

William Ruleman – Three Translations

Article 3

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POEMAS DE JOSEPH VON EICHENDORFF

(10 de marzo de 1788, Łubowice, Silesian Voivodeship, Polonia - 26 de noviembre de 1857, Nysa, Polonia)


Al despedirse y volverse a ver


En dulces juegos ahora se han perdido
Los ojos de mi amada, y respira apacible.
Sentado permanezco a la escucha junto a la dulce niña,
Acarició los rizos, que aparto de su frente y mejillas.

¡Ay! Gozo, luna y estrellas ya pasaron,
En la ventana requiérenme los vientos matinales:
Que aleje de la nunca en silencio los brazos
Que aun en sueños me abrazan con cariño.

¡Oh, no abras los dulces rayos de tus ojos!
Un beso sólo... Y por última vez
Te dejaré y descenderé por el palacio silencioso.

De mí se apodera la mañana helada, rigurosa;
¡Qué claro y frío y límpido está el mundo!
Profundamente estremecido abandono el umbral tan querido.

II
Un tierno secreto se teje en los espacios silenciosos,
La tierra desata los lazos de diamantes,
Y extiéndense en busca de los dulces rayos celestiales
Las flores que orlan el vestido materno.

En los árboles se oye un vivo susurro,
De oriente llegan purpúreas cintas,
Corren en el crepúsculo los cantos de la alondra -
Tú de tus sueños alzas con suavidad tu cabecita hermosa.

¿Qué sones se acercan volando a la ventana?
¡Qué seductores son tan familiares cantos!
Hay un cantor a la incierta luz crepuscular.

¡Despierta! Tu amado llegó de lugares remotos,
Y a valles y montes volvió la primavera,
¡Despierta, despierta, para siempre eres mía!

En el manuscrito lleva el subtítulo An Luise im December 1814.
Publicada en «Frauentaschenbuch», 1816
Versión de Alfonsina Janés

Alma de doncella


Profundamente lo he sentido muchas veces, el alma de la joven
Para sí misma no nació, sól0 para el amado.
Va ahora errante expulsada y perdida, y en secreto
Envía bellísimas miradas que, como mensajero,
Aquí en la tierra le busquen una estancia.
En el bochorno duerme, cubierta sól0 un poco.
Mientras duerme sonríe: cálido y plácido es su aliento,
Pero sus pensamientos se hallan lejos, de viaje,
Y sobre sus mejillas flamea ensimismado fuego.
A menudo la caricia del viento levanta el fino velo.
Al hombre que por primera vez entonces la despierte,
Que antes que ninguno alcance este lugar tranquilo,
Abrazará inquieta de alegría
y no le dejará ya en toda su vida.

Versión de Alfonsina Janés

De noche


Camino en la noche silenciosa,
Deslizase la luna cautelosa
A veces de entre las oscuras nubes
Y a un lado y otro del valle
Despierta el ruiseñor,
Luego todo gris y en calma.

¡Oh, magnífico canto de la noche!:
A lo lejos el paso de los ríos,
Suave temblor en los oscuros árboles -
Tú me confundes las ideas,
Mi canto confuso es sólo
Como un clamor del mundo de los sueños.

Publicada por primera vez en la antología de 1826

Versión de Alfonsina Janés



En alta mar

¡Adiós costa llena de equivocadas penas,
Temor, felicidad y miseria, hundíos en el mar!
Ahora libre soy, por fin me siento a salvo.
No hay esperanzas vanas que lleguen hasta aquí.
¡Qué paz donde se posa mi mirada!
¡Qué amplitud y qué altura sin fin en derredor!

Los astros, las nubes ascienden y descienden
y se reflejan en el plácido océano,
El cielo sobre mí, y debajo el cielo,
¡Mi frágil nave en medio tan pequeña!
Sea lo que Dios quiera, a él se lo he entregado todo.
¡Ven, temporal, no temo ni la muerte ni la vida!
Versión de Alfonsina Janés

En otoño


El bosque se vuelve amarillento, las hojas caen,
¡Qué soledad y silencio en todas partes!
Sólo los riachuelos corren por los hayedos
Con un suave susurro, como en sueños,
Y suenan las campanas vespertinas
Muy lejos de los lindes del bosque.

¿Por qué queréis atraerme de modo tan salvaje
En esta soledad?
Estas campanas suenan
Como aquellas de la plácida infancia -
Asustado me vuelvo,
¡Ah, qué lejos están los que me aman!

¡Estallad, viejos cantos,
Rompedme el corazón!
Saludo una vez más desde tierras lejanas
Aquello por lo que siento afecto.
Yo, en cambio, sucumbo de melancolía
Cual si fuera a morir.

Publicada en la edición de 1837
Versión de Alfonsina Janés



En tierras extrañas


Oigo el susurro del río
En el bosque, aquí y allá,
En el bosque, en el susurro,
Y no sé dónde me encuentro.

En la soledad sus cantos
Entonan los ruiseñores,
Parecen querer decir algo
De aquel hermoso pasado.

Vuela el brillo de la luna
y me parece que abajo
Veo el palacio en el valle,
Pero no, ¡si está tan lejos!

Es como si en el jardín
Con sus rosas rojas, blancas,
Fuera a esperarme mi amada
Que murió hace tantos años.

Publicada por primera vez en la edición de 1837
Versión de Alfonsina Janés


Junto al tilo


¿Vuelvo a verte, árbol querido,
En cuyos tempranos brotes, siendo joven
Y en un bello sueño de primavera
Hendí el nombre de mi primer amor?

¡Cómo ha cambiado desde entonces la curva de tus ramas!
Al crecer y endurecerse el tronco
Desaparecieron esos rasgos tan queridos,
Así como su amor y las horas de dicha!

He crecido en silencio, como tú,
Y nada en mí quería detenerse,
Mas mi herida creció -y no cicatrizó,
Y no se cerrará ya nunca aquí en la tierra.

Publicada en la antología de 1826
Versión de Alfonsina Janés


La flor nocturna


La noche es como un mar en calma,
Dicha y pena y lamentos de amor
Se acercan de manera tan confusa
En la suave oleada.

Los deseos son como las nubes,
Navegan por los espacios silenciosos,
¿Quién reconoce en el ligero viento
Si son sueños o pensamientos? -

Aunque cierre boca y corazón,
Que tan gustosos a las estrellas se lamentan:
Callada en el fondo del alma
Queda la suave oleada.

Versión de Alfonsina Janés


Nuevo amor

Corazón, mi corazón ¿por qué estás tan ufano,
Inquieto y distraído,
Como si ya, alegre, llegara por los montes
La hermosa primavera?

Porque de nuevo una gentil muchacha
Cordialmente te estrecha el corazón,
Te deleitas feliz al contemplar
Cielo y tierra.

Dejé abiertas las ventanas,
¡Entra de nuevo en el mundo
Viejo temor y esperanza!
¡Que llegue la primavera!

No puedo seguir callado,
Recorre mi pecho una canción,
Mas hay demasiada luz para escribir,
Y siento tan gozosa confusión.

Paseo, pues, por las callejas,
La gente va aquí y allá,
No sé qué hago o no hago,
Sólo que soy tan feliz.

Publicada en la edición de 1837
Versión de Alfonsina Janés

Red de primavera


Dormía el mozo entre crecidas hierbas;
Al fondo oyó un cantar,
Como si su amada lo llamara,
Y el pecho le iba a estallar.

Una red tejen sobre él
Las flores con su vaivén,
Corre suspirando el alma
y piensa allí algo delicioso.

Reina un encanto tan dulce
Y mágicos cantos recorren
El seno primaveral
De la tierra, y no lo dejan.

Publicada en la edición de 1837

Versión de Alfonsina Janés

Saludo nocturno


De noche pasamos por la costa
De la que me marché hace tantos años.
Allí está la casa de mi amada, donde fuimos felices.
¡Que Dios la ampare!

Cantan aún en el jardín los ruiseñores
Como en aquellos días hermosos y tranquilos.
¿Cuál será ahora su queja?
Por mí no pregunta nadie.

Cuando antaño el tilo estaba en flor
Salías a mi espera, hace ya tantos años -,
He de pasar de largo.
¡Que Dios te ampare!

Versión de Alfonsina Janés


Venus


¿Por qué vuelves a despertarme, primavera?
Un soplo extraordinario corre sobre la tierra
Y hace resucitar todo antiguo deseo.
Dulce estremecimiento provoca esto en mi cuerpo.

Miles de cantos saludan a la preciosa madre,
Que, rejuvenecida, con la corona nupcial nos embelesa;
El bosque quiere hablar, los ríos corren con un murmullo,
Las náyades cantando surgen y se sumergen.

Veo salir la rosa de su verde clausura
Y, al soplar los aires seductores,
Sonrojada extenderse en la tibia corriente.

También a mí me haces salir de mi plácida estancia -.
Y con dolor tengo que sonreír ahora en primavera,
Hundiéndome de anhelo en medio de perfumes y clamores.

Incluida en "Das Marmorbild"
Versión de Alfonsina Janés
 


El pequeño anillo roto


En un fresco prado hueco
Donde una rueda de molino gira lentamente
Mi novia me hizo sentir triste
Desapareciendo del lugar amado.

Ella prometió ser fiel
Y me dio un pequeño anillo
Pero cuando sus dulces palabras revelaron falsa
Dos partes del anillo se separan de una cosa.

Entonces me gustaría ir muy lejos
Para el mundo de Dios pertenece
Golpeando de plano a plano
Y cantar mis canciones de corazón escritas.

Me gustaría como un jinete sangrando
Para ir y luchar en una batalla salvaje.
Luego, en la noche oscura como una araña solitaria
Sentarse con calma en un sonajero de fuego.

Y cuando escucho el zumbido de la rueda del molino
No sé cuál es mi voluntad.
Creo que la muerte podría venir
Para traer una paz eterna.
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